Un Hermoso Lugar

Un Hermoso Lugar

martes, 20 de diciembre de 2011

Noches oscuras.4

Desperté al anochecer al igual que la noche anterior. Me dolía todo el cuerpo llevaba ya un par de noches sin poder descansar, sin poder dormir a pierna suelta. Esta noche no quería salir. Tal vez si me quedaba en casa e intentaba seguir mi rutina conseguiría olvidarme del lobo y así poder volver a dormir, era lo que me recomendaba mi conciencia, o tal vez lo que me decían las ideas que se habían grabado en mi cabeza desde niña.
Desayuné algo ligero y llamé a mi gato para intentar reconciliarme con él. Me miró con recelo, como si en realidad fuese a hacerle daño, al final se acercó poco a poco y me dejó que le pasase una mano por encima, sin gruñirme ni arañarme. Después se alejó con sus alegres saltitos, ya no parecía tan enfadado conmigo.
Me tumbé en el sofá y comencé a leer un libro, había pensado en intentar escribir un rato, pero recordé que había estampado el ordenador contra la pared. En un arrebato de locura había destruido el único aparato tecnológico de la casa, el único aparato que me seguía manteniendo unida al mundo exterior. En verdad me debía de haberme vuelto loca en estas últimas noches, pero ya había decidido volver a la cordura, no volvería a cometer estupideces, no.
Escuché un aullido.
Era triste y cargado de llanto. Intenté ignorarlo, lo intente con todas mis fuerzas, pero me fue inútil. Al tercer aullido ya estaba vestida y corriendo por el bosque, mi gato había bufado al verme salir corriendo, como si me estuviera reprendiendo. Corrí, corrí por el bosque con todas mis fuerzas, no podía olvidar a aquel lobo, no podía ignorar su llamada ni lo que sentía en mi interior, corrí como alma que lleva el diablo solo para poder encontrarle. Solo para poder verle y descubrir que era lo que quería enseñarme, aquello que mi corazón estaba anhelando con tanta fuerza.
Volví a parar en seco en la misma parte del bosque que la noche anterior, volvía a sentir su presencia, volvía a sentirle cerca de mi. Le busqué con la mirada, necesitaba verle de nuevo. Apareció ante mi pocos segundos  después, caminaba con cautela acercándose a mi, como si temiera el volver a espantarme. Se detuvo algo más lejos que la vez anterior y produjo un gruñido grabe, como si me interrogara para poder acercarse más, no era un gruñido amenazador ni nada por el estilo, tan solo era una pregunta, pero la alarma en mi cabeza volvió a encenderse, la alarma volvía a gritarse que me alejase.
Di un paso atrás, él se puso en pie, mi alarma gritó más que nunca, me volví para salir corriendo otra vez mientras el dolor en mi pecho comenzaba a crecer. No fue el único dolor que sentí, mi brazo izquierdo comenzó a arder de dolor. Miré mi brazo, el lobo me estaba sujetando con sus fuertes fauces, sangraba, mucho, y me dolía, pero él ni siquiera estaba apretando, solo que sus dientes eran afilados como cuchillas.
Le miré a los ojos, estaba segura de que veía el miedo reflejado en mi rostro. El tenía una mirada severa, profunda, pero no parecía enfadado, solo estaba intentando entender porqué había corrido los días anteriores, sentí cómo escrutaba en mi, como entendía mis pensamientos, mi alarma en la cabeza, él estaba viendo que en verdad yo no quería escapar, que solo quería conocer lo que tenía que enseñarme, sentí como leía en mi alma. Su mirada cambió, se volvió triste y al instante alegre, sin soltarme comenzó a caminar, tuvo que dar un pequeño tirón inicial para que yo comenzase a seguirle. Me vi obligada a caminar junto a él, ya que en ningún momento me soltó cada vez que yo aflojaba el paso él apretaba su mordedura, dolía, en verdad dolía mucho, pero sabía que no quería dañarme, lo había visto en su mirada, él solo quería mostrarme aquello que me llevaba atrayendo desde hacía varios días. La alarma en mi cabeza había cesado hacía ya un buen rato, casi el mismo tiempo que llevábamos andando por el bosque pero él no me soltó en ningún momento, sabía que tenía miedo a que yo volviese a escapar y razones no le faltaban ninguna, ya lo había hecho en las ocasiones anteriores, aunque hoy no lo iba a hacer, ya no, no volvería a escapar, no volvería a intentar olvidar lo que recorría mi interior. Aun así él no sabía aquello y no podía fiarse de que le siguiese dócilmente. Yo lo prefería así, tampoco podía fiarme de mi misma.
Caminamos durante horas, me dolían los pies y la espalda al tener que andar un poco encorvada por la sujeción del animal. Ya no sentía mi brazo izquierdo y la sangre había parado de correr, de vez en cuando un hilo nuevo comenzaba a manar cuando el lobo tiraba con algo más de fuerza porque yo me quedase rezagada o porque subíamos sobre una roca, pero ya apenas me dolía, sentía algo de preocupación ante eso, tal vez había perdido demasiada sangre en el brazo o el lobo estaba haciendo efecto torniquete y la sangre no fluía con normalidad, tenía algo de miedo a que algo malo sucediera con mi brazo, me pareció como si la alarme en mi cabeza quisiera volver a encenderse, agradecí el que el lobo no me hubiese soltado.
No se cuanto tiempo estuvimos caminando pero cada vez hacía más frío, seguíamos ascendiendo, nos dirigíamos hacia las montañas, aquellas que yo me hubiera quedado mirando el día anterior, aquellas que me habían llamado, aquellas a las que quería haber ido.
Ascendimos hasta encontrarnos de frente con una cueva, no tenía una entrada demasiado amplia pero yo podía pasar encorvandome un poco más. Pasamos al interior, aquella cueva tenía aquel olor acre que había sentido en los arbustos que quedaban de camino a mi casa. Seguimos adentrándonos en la cueva hasta un punto en el que podía estirarme sin golpearme la cabeza, estaba todo muy oscuro, no podía ver nada en absoluto, mis ojos se fueron acostumbrando a la penumbra poco a poco, empecé a ver más pares de ojos relucientes, estaba en el cubil del lobo y había lo menos una docena de ellos, todos me miraban. El me soltó y yo me quedé muy quieta, uno a unos se fueron acercando todos y cada uno de los lobos a olfatearme y me daban un golpecito con el hocico a modo de aceptación. Me estaban aceptando, estaban permitiendo que me encontrase entre ellos sin atacarme. Se acercó el último de todos los lobos, era enorme, más que el resto, no supe porqué, pero incluso al verlo de lejos sentí que era una hembra y que era la matriarca de toda aquella manada, que ella era la mandamás. Me olfateó, mucho más que el resto, se paró al oler las heridas de mi brazo, por un instante tuve miedo a que decidiese atacarme por esa herida, la lamió, limpió toda la sangre seca que quedaba en mi brazo y cuando acabó ella también me dio un golpecito con el hocico.
Tras aquel curioso saludo todos los lobos se fueron acomodando en el suelo para dormir, muy cerca los unos de los otros para darse calor en aquellas noches que aun eran frías, la loba grande dormía en el centro de todos. El lobo que me había llevado hasta allí agarró lo que quedaba de mi manga izquierda para que lo siguiera, me llevó hasta una zona apartada de la manada y tiró de mi para que me tumbase entre otros dos lobos que parecían jóvenes. No estaba muy segura de lo que hacía pero le obedecí y me tumbé entre los dos lobos, él también se tumbó a mi lado, entre los tres se arremolinaron y prácticamente me taparon como si fueran mantas, sentía el calor de sus cuerpos y el de su pelo y me sentía por una vez en mucho tiempo en mi hogar. Sentía que tenía una familia a mi lado, sentía que quería cuidar de ellos y que ellos me protegiesen a mi. La alarma de la sociedad en mi cabeza había desaparecido por completo, al estar con ellos no podía pensar en nada más, solo en que era feliz, en que estaba a gusto, en paz. Me dormí con la sensación de que nunca nadie podría romper la felicidad que en ese momento sentía.

2 comentarios:

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  2. punto uno y mas importante, aprender a leer entre lineas:
    -decidi volver a la cordur...se escucho un aullido en el bosque...(a tomar por culo la cordura)
    Luego resulta q el lobito lleva a la tia en plan paseante de humanos, a falta de correa buenos son tariscos braquiales, luego un chute de true blood a la niñ, y ale a corretear
    y resulta q duerme con lobos es el híbrido entre la princesa mononoke, el tio de entre lobos y mogly, un recombinao de noche de fiesta,
    en fin me voy a pasear a mi humanito dame el bracito tobi... grrrrrr nak ale vamos campeon

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