Un Hermoso Lugar

Un Hermoso Lugar

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Noches oscuras.0

En una noche oscura, sin Luna, escuche un aullido estremecedor, procedía de las montañas, de un lugar apartado en el bosque, ese aullido me llamaba, algo me atraía, pero no camine hacia él, no me acerqué ni seguí ese instinto que me impulsaba a caminar, seguí por el sendero que me acercaba a casa, a ese lugar que tan bien conocía pero que en este instante no identificaba como mi hogar, ¿Porqué? Tantos años viviendo en el mismo lugar, hasta hace cosa de media hora seguía sintiendo que era mi hogar, ¿Porqué ahora no? Parecía que ese aullido había cambiado algo en mi interior, había hecho que mi alma se moviera, que buscara una nueva posición dentro de mi cuerpo.. algo se estaba moviendo.
Vi una sombra entre los árboles, era algo que me hacía sentir tranquila y alegre, pero no paré a ver que era, corrí, corrí con todas mis fuerzas, lo más lejos y lo más rápido que pude, en realidad no pare de correr hasta que llegue a la que hasta hacia unos minutos me había parecido mi hogar.
Entré, me sentí como una extraña. No sentía que esa fuera mi casa, sentía como si estuviese allanando una propiedad ajena, como si en cualquier momento fuera a aparecer alguien que me echaría a patadas, de echo así fue prácticamente, mi gato se acercó a mi con la cola en alto y sus alegres saltitos, al igual que siempre hacia cuando entro en casa, fue a restregarse contra mis piernas, se quedó oliéndome y entonces me bufó, jamás había hecho nada parecido, era la primera vez que escuchaba un bufido salir de su boca. Que de perpleja, asustada, la única compañía que tenía en el mundo estaba repudiando de mi. Me sentó mal, así que lo agarré por el cogote y lo apreté entre mis brazos, intento revolverse pero no lo dejé marchar, abrazarlo siempre me reconfortaba cuando estaba nerviosa o asustada.
Había perdido ese apetito voraz que sentía al dirigirme a casa, bueno, si aun podía llamar a aquel lugar casa. Así que sin soltar al gato fui a mi cuarto, lo deje encima de la cama y en pocos minutos me puse la ropa de cama y escabullendome entre las mantas caí en un sueño pesado y alborotado que no me dejó descansar.

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