tag:blogger.com,1999:blog-1648937154139871122024-03-20T17:03:57.059-07:00Llamas devoradoras de corazonesOrishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.comBlogger92125tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-89471271374429068612015-02-28T19:49:00.001-08:002015-02-28T19:49:20.167-08:00Latido<div style="text-align: justify;">
Parece que hay momentos en la vida de uno en los que todo va bien y al mismo tiempo sigues sintiendo ese latido de estres.</div>
<div style="text-align: justify;">
Falta de confianza o simplemente sentirse inutil. Todo lo que tiene que ir bien ha ido bien, entonces por que este sentimiento. Si pudiera simplemente coger una espada y atravesarme el pecho... pero en vez de eso quiero seguir luchando, por algo más. Algo que parece inalcanzable inculo para aquellos que lo tienen en la palma de la mano, y yo, que aun lo tengo tan lejos quiero agarrarlo entre mis dedos y apresarlo como mio.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez sea posible, o no, simplemente hoy lo voy a intentar, porque ese heroe que todos necesitamos para que nos salve la vida en el momento correcto simplemente no existe.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tan solo liberar todo, darlo todo y conseguir lo inalcanzable, tal vez... porque al parecer lo justo no es suficiente hoy para mi.</div>
<div style="text-align: justify;">
Siento que debo hacer más y más... jamás rendirme incluso tratando de alcanzar lo inalcanzable.</div>
Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-87457752166890116442013-06-29T09:49:00.000-07:002013-06-29T09:49:08.962-07:00Noches oscuras.Epilogo<div class="Libros">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc;"> Hola Silvia:</span></span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc;"> Recibí tu último
escrito hace unos pocos días. He leído tu nueva obra y me ha resultado muy
diferente al género que has estado escribiendo hasta ahora.</span></span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc;"> Me parece un
trabajo bastante aceptable aunque no sé como lo recibirán tus lectores
habituales, seguramente esperen algo del mismo estilo que hasta ahora. Es
posible que pierdas muchos seguidores, aunque puede que ganes algunos nuevos.
Por éste motivo me gustaría que quedásemos algún día en persona para tratar
algunos puntos que veo complicados para que tratásemos de buscarles solución.
Hay algunos detalles que me gustaría que considerases en cambiar.</span></span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc;"> No te entretengo
más por ahora, espero recibir una respuesta tuya con una fecha en la que puedas
quedar dentro del horario habitual.</span></span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc;"> Trata de releerte
la historia y ver por ti misma que puntos podremos modificar para agradar a un
público más amplio.</span></span></div>
<br />
<div class="Libros">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc;"> Un cordial saludo.</span></span></div>
<div class="Libros">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicffNtCrkED7SnuHbpDD6W2z9i7lUTPrkVa0pZAUtymp6KZ5OmzlXC4gJKu0C2RtoxJKrq15A_ZtwCM1XPLfN0xxqcCtVnVTQ539e5swyhR2QynBFmNyf9jtilr6bUf5nVyaez-cjxOss/s1600/Noches+oscuras,+portada.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicffNtCrkED7SnuHbpDD6W2z9i7lUTPrkVa0pZAUtymp6KZ5OmzlXC4gJKu0C2RtoxJKrq15A_ZtwCM1XPLfN0xxqcCtVnVTQ539e5swyhR2QynBFmNyf9jtilr6bUf5nVyaez-cjxOss/s320/Noches+oscuras,+portada.JPG" width="226" /></a></div>
<div class="Libros">
<br /></div>
Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-88660118523406534422013-06-29T09:42:00.004-07:002013-06-29T09:42:46.205-07:00Noches oscuras.26<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Me desperté con la
cabeza aun apoyada sobre el pecho de Siivet, seguía escuchando los suaves
latidos de su corazón, ahora parecían algo más fuertes que al quedarme dormida
la noche anterior. Su respiración también parecía más tranquila y acompasada,
ahora al menos su pecho subía y bajaba al respirar. Casi parecía que apenas
estuviera dormido. Por un momento pensé que así era, que tan solo dormía. Pero
al acariciar su rostro y besar su mejilla no despertó. Seguía inconsciente por
mucho que yo deseara lo contrario.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Tenía mejor color
que el día anterior y la temperatura de su cuerpo también parecía más normal.
Posé una mano sobre su frente, seguía sin tener fiebre al parecer. Me desperecé
y me estiré, salí de la cama para ir hasta el baño. Me quedé un momento
mirándome en el espejo, hacía prácticamente un mes que no veía mi reflejo. Por
un momento no me reconocí.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Ahora llevaba el
pelo corto, a trasquilones y el rostro que veía en el espejo no era el mío, no
al menos el que yo recordaba ver en ese mismo espejo día tras día. El que ahora
contemplaba era el de una mujer fuerte, dura y salvaje, alguien a quien no se
podía amedrentar tan fácilmente, alguien que había aprendido a vivir de verdad.
Me hizo gracia el pensar que si unos meses atrás yo me hubiera cruzado por
mitad de la calle con alguien así posiblemente hubiera apartado mi mirada,
habría tratado de no cruzar mis ojos con los de esa persona, posiblemente
incluso llegara a atemorizarme. Pero ahora yo era aquella persona y no me
asustaba de mí misma. Sentía que ahora era una persona de verdad, aquel tipo de
persona que el ser humano había llegado a olvidar y a rechazar de su sociedad.
Pues no era necesario que la sociedad me rechazara de su mundo, ya que era yo
la que estaba sacando a la sociedad del mío.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Sentía el cambio,
el final de algo. La decisión estaba tomada. Quería cortar de raíz con ese
mundo, librarme de él, olvidarme de él. Había decidido extirpar a la raza
humana de mi vida por completo. Miré por el pequeño ventanuco del baño, hacia
el cielo. </span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> No había luna. Así
que eso era lo que sentía el día anterior. Eso era lo que se acababa. Esa luna,
en el último mes había marcado el ciclo de mi vida, como uno nuevo empezaba,
como el viejo se terminaba. Y no iba a mirar atrás, la sociedad desaparecería,
no había nada que detestase más en estos momentos en el mundo, tan solo a
aquellas miles de personas luchando por ser iguales entre ellas, por no
destacar, por no soñar, por no vivir, por no sentir. Me repugnaban hasta el
punto de querer destruirlas… ¿O tal vez no fuera así? En realidad esas personas
ya no me importan lo suficiente como para querer destruirlas… me son…
indiferentes. No quiero trato con ellas ni saber nada de ellas, la suerte que
corran no me interesa. Aparté la mirada del espejo sintiéndome una nueva
persona, renovada por dentro. Mi vínculo con el mundo se acabaría a partir de
ahora de forma definitiva.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Mi mirada se posó
en este momento sobre una esponja que había en la ducha. También cogí una
palangana que había bajo el lavabo y la llene hasta la mitad con agua. Después
regresé al cuarto.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Aparté las mantas
con cuidado y desaté sus vendajes para poder ver sus heridas. Le voltee sin
demasiado esfuerzo, me sorprendió la velocidad con la que el cuerpo es capaz de
comenzar a sanarse. No era una curación tan drástica como la vez anterior, esta
llevaría su tiempo, pero aun así ya podía ver una costra creciendo sobre los
cortes. Toda la zona estaba roja e hinchada, pero por el momento no parecía que hubiera ningún
problema, no parecía haberse infectado.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Cogí la esponja y
la sumergí en el agua fría, la escurrí y limpié con cuidado alrededor de las
heridas. Aunque había utilizado las gasas para limpiar la zona antes de
vendarle aun quedaban restos de sangre e incluso del vetadine que le había
puesto al principio. No reacciono ante el contacto de la esponja… Por supuesto.
¿Cómo iba a reaccionar si seguía inconsciente? Me sentía estúpida solo de
pensar en ello, esta vez no iba a ser como la anterior, las cosas no iban a ser
tan rápidas.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Lavé todo su
cuerpo con la esponja, apestaba al sudor del alcohol y de esta manera dejaba su
cuerpo limpio y fresco, libre de las toxinas que aquella bebida había dejado en
su piel. Aunque la verdad nos había venido bien que aquella bebida hubiera
mitigado en parte sus sentidos, seguramente el dolor hubiera sido mucho mayor
de no habérselo tomado. Aun podía escuchar sus gritos en mi cabeza, era algo
espantoso solo de recordarlo, pero por suerte no había tardado demasiado en
caer inconsciente. Según iba lavándole acariciaba con la yema de mis dedos cada
centímetro de su cuerpo con cariño, aun no me podía creer que siguiera con
vida, pero así era, seguía a mi lado, aunque ahora temía que jamás llegase a
despertar.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Al recorrer su
cuerpo encontraba pequeñas cicatrices que habían quedado de la vez anterior, no
se habían llegado a borrar. Había dos más llamativas que el resto, una de ellas
estaba en su pierna derecha, recuerdo que en un principio había pensado que
pasaba muy cerca de su arteria, pero ahora, tras conocer toda su historia empezaba
a pensar que en verdad aquel corte le hubiera seccionado la arteria de verdad,
solo que con la regeneración que poseía por aquel entonces se había librado de
la muerte. Seguramente hubiera sido cuando le torturaban en aquellas celdas…
apenas podía imaginarme lo que había tenido que vivir en aquella época. La otra
cicatriz que era realmente visible era el aspa de su pecho, aquella enorme cruz
que atravesaba su pecho de un lado a otro, como si fuera la marca de un pirata
para señalar su tesoro. Recorrí aquella cicatriz con mis dedos recordando
cuando aun había cuerdas cerrándola, ahora era suave y lisa, un pequeño relieve
sobre el resto de su piel.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Cuando terminé de
lavarle volví a coger el botellín de agua para darle de beber a pequeñas
cantidades como el día anterior, si lo hacía de esta manera al menos sabía que
algo iba tragando aunque seguramente necesitase beber una mayor cantidad, no
sabía de qué otra manera hacerlo. Pase un buen rato dándole agua antes de
levantarme e ir a buscar algo que llevarme a la boca, empezaba a tener
verdadero hambre.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Después de comer
salí unos pocos minutos al exterior para contemplar el cielo. No había luna. En
ese momento me di cuenta de que llevaba dos días en la cabaña y que no había
sentido aquella necesidad de salir corriendo, de que debiera alejarme de aquel
lugar, estaba a gusto como en cualquier otra parte del bosque, solo que seguía
sin ser mi hogar, no era mi cueva. Al menos podía permanecer allí sin la
sensación de estar allanando una propiedad ajena.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Volví a entrar en
la casa, fuera la noche era fría. Me senté de nuevo en la cama a su lado para
seguir dándole agua. Debí de quedarme traspuesta en algún momento, porque me
abrí los ojos acurrucada a su lado y con la botella apoyada contra la almohada.
Debieron de ser unos pocos minutos, pero eso basto para que una idea, una
necesidad se creasen en mi interior. Volví a darle un poco de agua y me levanté
de nuevo de la cama.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Rebusqué entre las
bolsas que había por el suelo, y encontré lo que buscaba. En el momento que lo
compre no había tenido muy claro el porqué, solo sabía que debía comprarlo,
pero ahora la necesidad que sentía me explicaba el porqué lo había hecho.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Saqué el portátil.
Lo coloqué sobre el pequeño escritorio del cuarto y lo encendí. Tarde poco en
ponerlo a punto, pero mientras esperaba a que se instalasen ciertas cosas volví
a su lado a ir dándole agua en pocas gotas, parecía que hoy la botella baja a
mejor ritmo que el día anterior. Cuando el ordenador estuvo a punto abrí un
Word y me puse a escribir como una loca. Jamás había escrito de aquella manera
en toda mi vida, mis dedos parecían quemar sobre cada tecla. </span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Creo que lo que me
impulsaba a escribir de esta manera no era el buscar una historia para
entretener a los lectores como siempre había hecho, ni tan siquiera para darles
vida a unos personajes como había sido al principio, cuando decidí que quería
escribir. Esta ver estaba despidiéndome del mundo en el que siempre había
vivido. Comencé a escribir mi vida durante este último mes, con todo lujo de
detalles, tal y como yo lo había sentido, tal y como lo había vivido. Me puse a
escribir estas palabras con toda la pasión de mi ser.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> No sé el tiempo
que estuve escribiendo, pero cuando paré mis dedos ardían, aun era de noche
pero me detuve para acercarme de nuevo a la cama para darle de beber. Esta vez
pareció tragar por sí mismo, ya no era simplemente que las gotas de agua
resbalasen por su garganta, comenzaba a tragar. No iba a morir y eso lo tenía
claro, ahora solo quedaba el esperar a que despertases, tal vez al día
siguiente, o dentro de dos días, pero iba a despertar, de eso estaba segura.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Seguí escribiendo,
haciendo parones de vez en cuando para darle de beber y para estirarme de
cuando en cuando. Mis articulaciones se agarrotaban y los dedos me quemaban con
cada párrafo que escribía, pero no podía parar. Era mi forma de decir adío,
explicándole al mundo porqué iba a abandonarlo. En una de las veces que me
detuve miré por la ventana y vi el sol naciendo. Salí unos segundos a la calle
a mirar el renacer de un nuevo día.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Me sentía limpia
por dentro, mi alma se renovaba al contemplar aquel nuevo día, al ver los
bosques iluminándose. Dirigí mi mirada hacia la cueva, hacia el lugar en el que
se encontraba y me pregunté si nuestros hermanos nos estarían echando de menos
tanto como yo a ellos. Me imaginé que sí, o al menos mi lobo gris me estaría
añorando. Pero no podía reunirme con ellos, de momento no. Tenía que esperar
hasta que Siivet se recuperase por completo, tenía que acabar hasta terminar de
escribir lo que ahora mismo escribo y tenía que mandarlo al mundo.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Tras el pequeño
descanso pensé en dormir, descansar un rato antes de seguir escribiendo. Me
tumbé de nuevo en la cama, volví a acercar la botella a los labios de mi amado
y después me recosté a su lado. Traté de dormir, de descansar, pero me sentía
inquieta, totalmente incapaz de dormirme.</span></div>
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Tras un buen rato
dando vueltas en la cama volví a levantarme y a sentarme frente al ordenador.
Mis dedos seguían volando sobre las teclas como cientos de pájaros al unísono,
no podía parar, no podía descansar hasta acabar con toda mi historio.</span></div>
<br />
<div class="Libros" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: #999999;"> Así que, ahora
mismo, aquí me encuentro, sentada en mi cuarto, viendo los rayos del sol entrando
por mi ventana. Escribiendo, y pensando en las cosas que me depara la vida a
partir de ahora, a partir de que diga adiós a este mundo. En principio esperaré
a que Siivet despierte, a que se recupere por completo. Después regresaremos
junto con la manada para no regresar jamás a este mundo, tal vez ni tan
siquiera a esta casa, pero eso es algo que ahora mismo no puedo asegurar. Allí
seremos libres, felices, y… cierto, estamos esperando un hijo, creo que aun no
me he hecho a la idea, y todavía me costará un tiempo… un niño sin alma… no sé
que es lo que eso significa todavía, lo descubriré llegado el momento y lo
afrontaremos como sea necesario, es algo por lo que de momento no pienso
preocuparme, creo que en el fondo me da algo de miedo el pensar en lo que pueda
suceder, pero no estaré sola, voy a tener a mi manada y a Siivet, ya que no
pienso dejar que nada ni nadie me lo arrebate, se quedará conmigo, luchare por
él contra los propios demonios si es necesario, si acaso se atrevieran a tratar
de arrebatármelo de nuevo. Y con estas palabras, sin saber qué más decir, me
despido de esta sociedad de la que no quiero volver a oír hablar nunca más, al
acabar de escribir estas pocas líneas que me quedan, le daré a enviar por
email, apagaré y cerraré este ordenador para no volver a tocarlo nunca más. No
tenía muy claro a quien enviarle estas palabras, así que al final he optado por
la última persona con la que mantuve una conversación útil antes de aislarme,
con mi editor, tú sabrás que hacer con esto, tal vez simplemente lo quemes.</span></div>
Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-88141037465183954222013-04-28T17:03:00.001-07:002013-04-28T17:03:48.800-07:00Farfetch'd a la naranjaConversaciones entre frikis de Pokémon que pueden acabar en esta situación:<br />
¿Qué comían las personas en Pokémon? Siempre les vemos comiendo arroz y carne, pero ¿de qué era esa carne? porque animales no había, solo había Pokémons.<br />
Entonces claro, tiene que haber cosas ricas, como el Taurus. Así que puede haber distintos menús, como el Farfetch'd a la naranja, o los Tentacool a la romana, Tangeela con albondigas, muslitos de Pidgey, aletas de Lapras a la plancha, Magicarp con salsa verde, Pikachu al horno (recomendados guantes goma para evitar electrocutarse), sopa de Squirtle... y muchas otras.<br />
Además en algún sitio deben de criarlos, seguramente en el restaurante chino que tengas en pueblo Paleta tendrán un criadero oculto de Ratatas...<br />
<br />Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-43558337333119186552013-04-04T04:46:00.002-07:002013-04-04T04:46:26.634-07:00Noches oscuras.25<span style="color: #999999;"><span style="background-color: black;">Me desperté temblando. Toda mi piel estaba helada, tenía la cabeza embotada, las extremidades y casi todo el cuerpo entumecidos, sobre todo el lado derecho que había adquirido una tonalidad morada a lo largo de casi todo el brazo y de parte de la cadera, los cardenales por la caída de hacía dos días empezaban a dejarse ver en su máximo esplendor.<br />Estaba medio dormida, despertando aun cuando un fogonazo vino a mi mente en<br />forma de muerte. Recordé en ese instante que el corazón de Siivet se había detenido, creía recordar que antes de dormirme rendida sobre su pecho había escuchado latidos de nuevo. Pero de aquello no estaba segura, podía haber sido tan solo un sueño, un sueño con la vaga finalidad de hacerme descansar, de que el destino se riese de mí al darme otra bofetada de realidad al despertar.<br />No me atrevía a acercar mi oído a su pecho. Posé una mano sobre uno de sus<br />brazos, estaba helado. Mi piel se erizó de terror, pero mi cuerpo también estaba helado, era una noche fría. Tenía que sacar valor y acercarme para escuchar su corazón, al final no sé de donde saqué las fuerzas pero me acerque, no escuché nada y volvió a congelárseme la sangre en las venas. Traté de prestar mayor atención en un desesperado intento de cambiar la realidad, y lo conseguí, allí estaba. Ese suave latido, apenas audible y una respiración apenas inexistente. Sujeté el cuchillo que estaba sobre la mesita muy cerca de su nariz para ver como pequeños cercos de vaho se formaban en su filo. Respiraba. Aunque yo apenas pudiera notarlo estaba respirando.<br />Casi no me lo podía creer. Seguía con vida, y había pasado ya un día, yo apenas<br />debía de haber dormido cuatro horas porque estaba comenzando a anochecer y en el momento que yo me quedé dormida aun debía de ser medía tarde. Me incorporé un poco sobre la cama para contemplarle. Tenía un tono pálido en la piel y parecía estar muerto, pero no lo estaba, yo sabía que no lo estaba. Acaricié su rostro con cariño, observándole, intentando discernir algún cambio en su tono de piel, algún gesto en su cara, un leve movimiento de una mano... Pero nada, nada en absoluto cambio.<br />No quería levantarme de la cama, no quería separarme de él, no deseaba perderle ni un solo instante de vista por miedo a que ese único segundo fuera suficiente para que su vida se me escapase de nuevo de entre los dedos, pero mi vejiga me apremiaba para que me moviera de su lado así que al final no pude evitarlo. Me levanté y fui hasta el baño lo más rápido que pude para volver cuanto antes a su lado.<br />Al regresar todo seguía como lo hubiera dejado pocos minutos antes. Acaricié su rostro con cariño y volví a apoyar mi oído sobre su pecho, todo en orden. Al quitar ese miedo de que al apartarme de su lado se desvaneciera me atreví a alejarme un poco más, asique fui hasta la cocina en busca de algo que yo pudiera comer y de agua para poder mojar sus labios al menos.<br />Mi nevera era un desastre, la mayoría de las cosas que allí había estaban<br />enmohecidas y desprendían un olor nada apetecible. Volví a cerrar el portón de golpe y eché mano de la puerta del congelador, allí las cosas se habían conservado como debía de ser. Saqué algo, ni siquiera me fijé en lo que era y lo dejé sobre la encimera. Después llene una botella pequeña con agua para poder regresar rápido a su lado. Aunque ya hubiera comprobado que no sucedía nada por dejarle solo unos pocos minutos no me atrevía a hacerlo durante demasiado tiempo, era un riesgo que no estaba dispuesta a correr. Aun así de camino al cuarto me di un segundo para asomarme por la ventana para mirar la luna que ya se alzaba sobre el firmamento. Apenas si era una rendija, un efímero haz de luz al que se le acababa la vida, por un momento lo temí por un presagio de que la vida de Siivet tocaba a su fin con aquella luna. Pero solo lo pensé por un instante, no tenía sentido ya que el día en el que la luna había tenido su máximo esplendor yo le había encontrado a él medio muerto, aquello no tenía nada que ver con el hilo de su vida.<br />Regresé a su lado sentándome junto a él en la cama. Todo seguía igual. Debía<br />quitarme esos miedos del cuerpo, tener confianza en mis instintos, seguirlos, hasta ahora solo me habían llevado hacia la vida que siempre había anhelado sin tan siquiera saberlo.<br />Rebusqué en las bolsas que había triado y saqué de una de ellas los antibióticos que había comprado en la sección de farmacia del supermercado. Disolví uno de los sobres en el agua del botellín después de leerme el prospecto por encima para poder saber al menos cada cuanto podía tomarse la medicina y si tendría alguna reacción secundaria, algo que debiera de saber.<br />Cogí unos cuantos cojines que estaban ahora tirados por el suelo para poder<br />incorporarle un poco en la cama. Trate de evitar acercarme a las alas que yacían ahora inertes en el suelo, me daba escalofríos el solo mirarlas, ahora me resultaban espeluznantes. Estaban marchitas e iban tomando tonalidades negras, de tonos enfermizos. Pensé en sacarlas a la calle y enterrarlas, pero aun no me atrevía a tocarlas y mi instinto no me decía que debía hacer con ellas, así que por el momento las deje donde estaban y me senté en la cama junto a él para tratar de hacer que bebiera el agua. Debía de necesitarla, no solo por que debía tomarse los antibióticos sino también por la cantidad de alcohol que se había bebido la noche anterior, eso siempre daba sed. Al menos no tenía que sufrir la resaca mientras estuviera inconsciente.<br />Acerqué la botella a sus labios y deje que unas pocas gotas los rozaran. Allí se<br />quedaron bañando sus labios. Probé a abrir con delicadeza su boca y deje que unas pocas gotas más resbalasen hasta su lengua, aunque no las tragara su boca las recibió sin causarle molestia alguna al parecer. Procure mojar su boca con agua cada pocos minutos sin llegar nunca a darle demasiada cantidad. Al parecer al ser pocas gotas de cada vez estas resbalaban fácilmente por su garganta sin necesidad de que él tragase.<br />No sé cuanto pasé así, a su lado, dándole de beber. Solo sé que mi estómago<br />comenzó a rugir y recordé entonces que había sacado algo del congelador. Aun no sabía lo que era, pero tenía hambre.<br />Volví a cerrar sus labios y me alejé de su lado. Caminé hasta la cocina y desenvolví aquello que había sacado hacía ya un rato. Eran unos filetes de pescado que ya estaban prácticamente descongelados. Me permití, por una vez en mucho tiempo el volver a utilizar una sartén y algo de aceite para freír aquel pescado.<br />Una vez cocinado cogí un plato y me llevé la comida al cuarto para volver a<br />sentarme a su lado. Sabía que él no podía comer en su estado, pero tenía la vaga ilusión de que el olor del alimento le hiciera despertar a algún tipo de estado de semiinconsciencia. Aquello no ocurrió aunque en el fondo ya me lo imaginaba, era algo completamente imposible. Ya no tenía su poder regeneratorio y la curación sería lenta, no podía esperar que despertase en menos de un día.<br />Me quedé a su lado y después de acabar mi comida volvía a dedicarme a darle de beber el agua a gotas y aunque me pareció que transcurría una eternidad el nivel de la botella de agua fue bajando y él en ningún momento se atragantó.<br />Cada no mucho tiempo echaba una mirada de reojo hacia las alas muertas. No sé por qué tenía el extraño miedo de que de pronto saltasen desde el suelo con la intención de volver a pegarse al cuerpo de Siivet para continuar absorbiendo su vida. Llegó un momento en el que no pude soportar más mi estado de nerviosismo y me bajé de la cama. Agarré una de ellas por un extremo y comencé a tirar para arrastrarla. Pesaba mucho más de lo que recordaba e inicialmente me vi incapaz de moverla. El tacto también era raro, ya no eran de piel suave, ahora parecían más rasposas, más rugosas. Tal vez era simplemente porque se estaban secando. Volví a tirar del ala que tenía agarrada con mayor ímpetu y por fin conseguí comenzar a arrastrarla. Su peso había aumentado una barbaridad y me resultó una tarea verdaderamente extenuante el llevarla hasta el salón, la dejé allí tirada en el centro de la estancia. Después volví al cuarto para arrastrar la otra también. Esta me resultó aun más pesada que la primera y tampoco recordaba que su peso fuera tan atroz. Tire con todas mis fuerzas para poder llevarla hasta el lugar donde había dejado la otra. En verdad habían tomado un color negruzco y estaban muy frías. Pero estaban muertas, ¿Qué más podía esperar?<br />Regresé al cuarto para sentarme de nuevo sobre la cama y comenzar otra vez con mi labor de administrarle agua gota a gota. No era lo que se dice difícil pero sí cansaba y era aburrido. Además ahora me dolían los brazos del esfuerzo de andar tirando de las alas.<br />No sé exactamente en qué momento de la noche fue, pero dejé el botellín en la<br />mesita junto a él. Cerré sus labios. Me recosté sobre su pecho y nos eché una de las mantas por encima. La noche era fría y sin mis lobos para arroparme en sus cálidas pieles la mía temblaba. Él tenía la piel de gallina también y su cuerpo estaba bastante frio. Por suerte, de momento, no había tenido fiebre. Quité los cojines de debajo de su espalda para tumbarle y cambiarle un poco de postura. Me abracé a su cuerpo y cerré los ojos mientras escuchaba su corazón para dejarme sumirme en el mundo de los sueños.</span></span>Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-26842832970901164302012-12-26T17:13:00.004-08:002012-12-26T17:17:32.544-08:00Baile de máscaras<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp2fGI07zVJ5q43PbiW6x1Z0lHMGFgMcJzwwIj574KjoIVwdCuXyeYoyfeU34uGuErnlOK7EJCxZTVfLhHW67OPV2pNrUAhjxDJz4NoTocS_w3jqE9gGMuq-gLTk7SxZ6YkRzyVlGEDDg/s1600/T1JklvXldFXXXgafg._082155.jpg_310x310.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp2fGI07zVJ5q43PbiW6x1Z0lHMGFgMcJzwwIj574KjoIVwdCuXyeYoyfeU34uGuErnlOK7EJCxZTVfLhHW67OPV2pNrUAhjxDJz4NoTocS_w3jqE9gGMuq-gLTk7SxZ6YkRzyVlGEDDg/s200/T1JklvXldFXXXgafg._082155.jpg_310x310.jpg" width="200" /></a>En un baile de máscaras, donde unas son de oro, otras de simple papel, todas danzan y bailan flotando al son de cientos de sinfonías al unísono.<br />
De vez en cuando alguna pierde el ritmo, tiembla, se tambalea y cae al suelo para romperse en mil pedazos.<br />
Entre todas ellas, la más perfecta, la más hermosa y elaborada es la máscara de plomo. Tan bella, tan fuerte y sólida tan maleable y cambiante pero a la vez tan oscura y pesada.Si perdiese el son, si cayese al suelo, no se rompería, pero sería tal el estruendo de su caída que el resto de las máscaras la odiarían.<br />
<br />Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-36517676114232050382012-12-04T09:32:00.000-08:002012-12-04T09:39:16.492-08:00Tears of an angel<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/jkVvznCGYwQ?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<span style="background-color: black;"><span style="color: #999999;"><i><br /></i></span></span>
<div style="text-align: center;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #999999;"><i><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Cover my eyes</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Cover my ears</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tell me these words are a lie</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">It cant be true</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">That I'm losing you</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">The sun cannot fall from the sky</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Can you hear heaven cry</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of an angel</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of aaaaaaaa...</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of an angel</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of an angel.</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Stop every clock</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Stars are in shock</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">The river will flow to the sea</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">I wont let you fly</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">I wont say goodbye</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">I wont let you slip away from me</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Can you hear heaven cry</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of an angel</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of aaaaaaaa...</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of an angel</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears of an angel.</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tears Of An Angel </span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">So hold on</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Be strong</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Everyday on we'll go</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">I'm here, dont you fear</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Little one dont let go</span><br /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">(ooooooooooohhhhhhhhh)</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Dont let go</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">(ooooooooooohhhhhhhhh)</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Dont let go</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">(ooooooooooohhhhhhhhh)</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Cover my eyes</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Cover my ears</span><br style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;" /><span style="font-family: verdana; line-height: 18px; text-align: -webkit-left;">Tell me these words are a lie</span></i></span></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="background-color: white; color: #545559; font-family: verdana; font-size: 13px; line-height: 18px;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: verdana; font-size: 13px; line-height: 18px;">
</span>Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-20744388766907453212012-11-12T15:08:00.000-08:002012-11-12T15:08:36.255-08:00PuertasImagina un mundo de puertas, un pequeño mundo circular, de piedra, en el que estás en el centro y simplemente giras y giras mirando a tu alrededor. Y tan solo ves puertas, una infinidad de puertas en la pared circular, y sigues girando y girando, mirando a todas ellas. ¿Y si un día despertaras en ese mundo, qué harías? Tal vez abrieras una puerta, esa puerta conduce a otro pequeño mundo rodeado de puertas, pero en ese nuevo mundo también encontrarías algo, puede que fuera bueno, puede que fuera malo.<br />
¿Entonces qué harías? Podrías dedicarte a abrir todas las puertas como un loco queriendo encontrar todas esas pequeñas cosas existentes en cada pequeño mundo.<br />
O, a lo mejor, decidas quedarte en ese primer mundo, seguir hacia la puerta que ese pequeño objeto te guía, para seguir avanzando por los mundos que los objetos que encuentras a tu paso te marcan.<br />
¿Y si en alguno de esos pequeños mundos hubiera más de un objeto? ¿Y si cada uno de esos objetos te llevasen por puertas diferentes? ¿Qué harías? Seguramente abrir ambas puertas y asomarte, ver que objeto se encuentra en cada uno de los siguientes mundos. Aquí te surgirían tres posibilidades. Que te gustase el objeto de uno de los mundos y lo siguieras. Que no te gustase ninguno de los dos y optases por una nueva puerta o que te gustasen ambos.<br />
¿Entonces qué?<br />
Todo mundo conduce a un nuevo laberinto, puedes vislumbrar lo que hay tras las puertas, desde lejos, pero no puedes ver cual de esos caminos te saca del laberinto, o tal vez ninguno tiene salida, tal vez solo son pequeños mundos que se superponen unos a otros, tan solo pasillos a recorrer para cambiar de un pequeño mundo de piedra a otro, sin saber que nuevos mundos se abren detrás de cada puerta.<br />
Tal vez la decisión sea perderse en ese laberinto, querer caminar por todos y ninguno de los mundos, querer decidir muchos caminos al mismo tiempo y tratar de unir unos mundos con otros que los caminos guiados de los distintos mundos se pudieran superponer y encontrarse, tal vez regresar el punto de partida para cambiar las puertas y poder volver a mundo ya visitados o simplemente llegar a la pura demencia después de abrir tantas puertas y que ninguna conduzca a la salida, simplemente a otra puerta más que te llevara a otro pequeño mundo y después a otro y a otro y a otro... simple locura tras cruzar cientos de puertas.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-42766019751539731552012-11-11T15:48:00.001-08:002012-11-11T16:02:25.061-08:00I don´t Care<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/qxDcWvZCSRg?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
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<span style="background-color: black;"><span style="color: #999999; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span>
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<div style="text-align: center;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I try to make it through my life, in my way, There's you </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I try to make it through these lies, and that's all I do </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Just don't deny it, </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Don't try to fight this and deal with it </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">and that's just part of it.</span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">If you were dead or still alive </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I don't care, I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Just go and leave this all behind </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Cause I swear (I swear), I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I try to make you see my side </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Always trying to stay in line </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">But your eyes see right through </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">That's all they do </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I'm getting buried in this place </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I got no room your in my face </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">don't say anything just go away </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">If you were dead or still alive </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I don't care, I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Just go and leave this all behind </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Cause I swear (I swear) I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Love changing everything </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">You won't be left for me </span></span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #cccccc; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">You won´t be left for me </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">If you were dead or still alive </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I don't care, I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Just and and leave this all behind </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Cause I swear (I swear) I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">If you were dead or still alive </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I don't care (I don't care), I don't care (I don't care) </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">Just go ahead and leave this all behind </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">I don't care (I swaer), I don't care </span><br style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;" /><span style="line-height: 15.800000190734863px; text-align: left;">At all...</span></span></span></div>
Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-6627970811586141382012-11-07T15:17:00.001-08:002012-11-07T15:17:28.837-08:00Lluvia de NoviembreCae la lluvia en ésta seca ciudad, miro por mi ventana y contemplo el mundo a través de cientos de diamantes. Veo la tristeza de la lluvia y la vida en esas gotas, no me resisto y bajo a la calle para empaparme de esa fría tristeza, de esas lágrimas de cielo que hacen crecer la vida. Siento la desdicha de esas gotas que mueres contra el asfalto y deseo que todas ellas consigan llegar a la tierra, que esas mismas gotas que besan mi cara empapen mi alma.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-8596742657569476862012-11-05T01:23:00.000-08:002012-11-04T16:25:49.350-08:00Noches oscuras.24<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Desperté abrazada al cuerpo del hombre que dormía a mi lado como ya era costumbre. Miré a mi alrededor, había algo raro que no me cuadraba en la situación, me faltaba algo, pero adormilada como aun estaba no llegaba a entender lo que era. Miré a mi alrededor y vi el techo de la cueva y a los lobos empezando a despertarse aun. Tarde unos minutos en darme cuenta de que lo que me faltaba eran las alas de Siivet rodeándonos. Me recosté un poco más sobre él y vi que las tenía plegadas, pegadas al cuerpo, me pareció que tenían una tonalidad extraña, pero posiblemente fuera el brillo pálido de la luna que apenas era una triste sonrisa en el cielo. No le presté más atención.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Volví a acurrucarme sobre su pecho depositando un suave beso sobre su torso. Sentí una de sus manos posándose sobre mi cabeza y acariciándome el pelo.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Buenos días - comenté aun abrazada a él.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No es de día - me respondió medio riéndose, pero noté algo raro en su voz.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Le miré a los ojos, parecía verdaderamente cansado, como si no hubiera podido descansar en toda la noche.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Qué tal has dormido? - pregunté posando una mano en su rostro.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Bien, igual que siempre.</span><br />
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No da esa sensación, parece que no hubieras dormido en toda la noche.</span><br />
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- La verdad es que
si que estoy algo cansado, como sin fuerzas, puede que sea que aun estoy medio
dormido. – contestó estirándose.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">No quise
preocuparme sin motivo, no quise darle mayor importancia, así que me puse en
pie y caminé hasta la zona del fuego para comenzar a encender la lumbre, para
poder ver bailar las llamas mientras la comida se preparaba. Encendí el fuego
en pocos minutos, cada vez tenía más práctica con aquello. Cuando fui a pedirle
a Siivet que me pasase alguna rama más que echar al fuego fue cuando me di
cuenta de que no estaba sentado a mi lado ayudándome a encender la fogata. Miré
detrás de mí, hacia el lugar en el que dormíamos, estaba sentado en el suelo,
mirando una de sus manos y abriendo y cerrando el puño muy despacio.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Siivet, ¿Te
encuentras bien? – pregunté esta vez ya más preocupada.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No lo sé… me
siento raro – hizo una pausa y volvió la cabeza con brusquedad hacia sus alas –
hay algo que no va del todo bien.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Encogió un brazo
para agarrar el borde de una de sus alas y tiró de ella para desplegarla y
adelantarla. La miraba al principio con curiosidad, después pude contemplar una
sombra de temor en su rostro. Mientras sujetaba el ala con una mano la
acariciaba con la otra. Su rostro reflejaba cada vez más terror, seguramente el
mismo que estaba comenzando a reflejarse en el mío, no entendía que pasaba, no
entendía que era lo que le sucedía, solo pensaba en que él se estaba asustando
y que jamás había visto ese tipo de miedo en sus ojos, algo grave de verdad le
debía de estar pasando.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Me puse en pie y casi corrí hasta él para
arrodillarme a su lado.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Qué está
pasando?</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Muertas…</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Qué?</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Están muertas…
no queda poder para sustentarlas. Pensé… pensé que al dejar todo mi poder salir
solo ocurriría eso… no pensé en que éstas no eran mis primeras alas… las otras
producían poder, éstas vivían de él… han muerto… - con cada palabra parecía un
poco más asustado que con la anterior.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Y qué significa
que hayan muerto? ¿Qué es lo que tanto te asusta?</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Que yo moriré con ellas – parecía decirlo
más para sí mismo que para mí. No creía sus palabras, no podía creerlas, no
quería creerlas, no podía perderle, le había encontrado, completaba mi mundo,
este nuevo mundo en el que me había instalado y no podía permitir que muriese.
Me estaba poniendo muy nerviosa.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Porqué deberías
morir tú con ellas? No tiene sentido.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Porque buscan la
manera de no morir y para ello seguirán bebiendo de mi fuerza, hasta que me
agoten por completo, son como un parásito ahora mismo. – empecé a llorar,
involuntariamente, pero sentía mis ojos humedecerse, sentí las lagrimas
corriendo por mi cara y nublando mi vista. Sentía el pecho oprimido, como si
una fuerte garra estrujase mi corazón intentando reventarlo, casi podía
escuchar una risa del destino en mis oídos… o no era el destino, sino aquellos
que durante tanto tiempo habían intentado ennegrecer mi alma.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No. ¡NO! No te
voy a perder, no te van a alejar de mi lado. Vamos a hacer algo ¿Me oyes? No
vas a morir así. No lo permitiré. – su rostro apenas era una silueta tras mis
lágrimas, cada vez le veía más borroso y eso hacía que me asustase mucho más,
que mi subconsciente pensase en que ya estaba desapareciendo de mi vida. Me
sujetó por los hombros.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Cálmate Elämä,
no hay nada que hacer, ya ha comenzado…</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¡NO! No pienso
calmarme… te arrancaré esas alas si es necesario para que no te chupen la vida.
– contesté enfadada soltándome de sus manos.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Eso podría
funcionar. – su respuesta me sorprendió, no esperaba esa reacción en él. Ahora
parecía pensativo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Qué? – volví a
preguntar con cara de estúpida. No entendía sus palabras ya que no había
pensado las mías, no sabía ni lo que había dicho.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Quiero decir que
tal vez arrancándolas consigamos que dejen de afectarme, puede que no muera…
pero habría que hacerlo a conciencia, no podríamos dejar nada de ellas o
volverían a crecer para acabar conmigo… - parecía divagar en sus propios
pensamientos, en sus teorías – tienes que hacerlo, debes arrancármelas de
nuevo. – me miraba con esa intensidad suya, con la decisión y el convencimiento
grabados en sus ojos, estaba decidido a ello.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿Yo? ¿Porqué yo?
No puedo hacer tal cosa, sería demasiado peligroso. – volvió a sujetar mis
hombros.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Debes ser tú. Yo
mismo no puedo hacerlo, me resultaría imposible, y no creo que ningún otro de
los que hay aquí sea capaz de tal cosa. – intenté zafarme pero me sujetó con
más fuerza – tienes que ser tú, ya lo hiciste una vez y sobreviví, esta vez no
queda poder para regenerarme dentro de mí, pero sé que puedes hacerlo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No, no puedo –
ahora estaba asustada, asustada de poder ser yo la que lo matase en lugar de
sus alas – la otra vez estabas inconsciente y ni siquiera te conocía, estabas
medio muerto y la decisión fue de la mitad de posibilidades, o sanabas o morías
y tuvimos suerte… pero esta vez no tendremos tanta suerte, algo me dice que
saldrá todo mal… además estás despierto, no podrás soportarlo y yo no tendré el
valor de hacerlo – sujete su rostro entre mis manos – te quiero demasiado como
para tener el valor de hacer algo así. ¿Y si en vez de ayudarte te mato?</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Elämä,
escúchame, ya estoy muriendo, si no hacemos nada posiblemente mañana no
despierte. Debemos al menos intentarlo, saldrá bien confío en ti porque tú me
encontraste en un lugar verdaderamente inimaginable.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">No sabía que
decir, que hacer, no me atrevía a hacer algo como aquello… un día, esa era la
vida que le quedaba si no hacía nada por remediarlo, pero si la cosa salía mal
moriría mucho antes… no sabía qué hacer, mis lágrimas volvieron a caer, solo el
pensar que tendría que despedirme de él para siempre me mataba pero el pensar
en clavar un cuchillo en su espalda para poder sacar esas alas de murciélago que
había llegado a amar tampoco me resultaba tentador.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Tenía que hacerlo,
era la única oportunidad que tenía él de sobrevivir. Me dolía, la mera idea de
tener que hacer aquello hacía que mi pulso temblase y que sintiera como si me
fuese a desmoronar en cualquier momento, pero me estaba decidiendo, tenía que
salvarle la vida, era la única que podía hacerlo, era su única opción. Hacía
tan solo un día él había salvado mi vida y la de la loba a cambio de arriesgar
la suya, todo era mi culpa y tenía que remediarlo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Escuché a mi
instinto… no podía ser aquí, no podía hacerse en la cueva, en ese caso las
cosas saldrían mal… necesitaba un lugar limpio, conseguir materiales
quirúrgicos o algo que se le pareciese, necesitaba algún tipo de anestesia… mi
cabeza empezó a dar vueltas a gran velocidad pensando en todo lo que iba a
necesitar, en realidad necesitaría un hospital, pero claramente eso estaba
fuera de nuestras opciones.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Lo haré – dije
decidida, él pareció sorprendido a la vez que asustado y agradecido. – pero
debe hacerse a mi manera. Hay mucho que tenemos que preparar.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Debe ser hoy, no
podemos esperar. – me dijo como si yo no hubiera acabado de comprender lo que
implicaba aquella situación.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Lo sé, y por
ello debemos salir ahora mismo. Voy a seguir a mi instinto como llevo haciendo
todo este tiempo y me dice que no puede ser aquí… tenemos que ir a la cabaña y
tenemos que preparar varias cosas. Aun así no estoy segura de que vaya a salir
bien.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Ni siquiera
contestó, tan solo se puso en pie, vi cómo se tambaleaba un instante antes de
mantener el equilibrio. Las alas colgaban inertes de su espalda, sin vida,
había llegado a amarlas, pero en estos momentos solo sentía nauseas al mirarlas
y una rabia incontenible al pensar que eran la causa de que Siivet estuviera en
peligro.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Salimos de la
cueva de inmediato, nadie nos detuvo, nadie nos siguió, parecían comprender la
gravedad del asunto, la gravedad de aquello que debíamos hacer. Que tal vez uno
de nosotros no regresaría nunca más al cubil.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Caminamos a buen
ritmo, aquel que fue capaz de aguantar Siivet, claramente las fuerzas le iban
abandonando y yo veía su cansancio a cada paso que dábamos, en verdad no le
debía de quedar más de un día de vida, las fuerzas estaban desapareciéndole a
unas velocidad insospechadas. Por el camino iba pensando en todo lo que
necesitaba, lo que debía comprar, tendría que ir hasta el pueblo para conseguir
varias cosas. Mi cabeza estaba acelerada pensando en todo lo que debía hacer,
tenía miedo al pensar en que no lo conseguiría, aun tenía el hombro derecho
herido y todo el cuerpo dolorido y magullado, no sabía si tendría fuerzas para
conseguir arrancarle aquellas alas. Eso ahora no importaba, lo lograría, debía
de ser positiva, iba a salvarle y nada me lo impediría.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Cuando entramos a
la cabaña caminé hasta mi cuarto sin decir nada, él simplemente me siguió. En
realidad no habíamos hablado nada desde que habíamos salido de la cueva. Yo
estaba demasiado concentrada, el demasiado agotado. Ya en el cuarto me giré
hacia él. Sujeté su rostro entre mis manos y le aparté el pelo de la cara, sus
ojos habían perdido ese brillo mágico que tanto adoraba pero aun conservaban
sus tonalidades doradas. Le di un beso en los labios para infundirle ánimo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Hay un par de
cosas que debo hacer, ¿Querrías hacerlas conmigo?</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Como necesites,
siempre y cuando no me exijas un gran esfuerzo, creo que en ese caso no podré
ayudarte.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Le arrastré
conmigo hasta el cuarto de baño y nos metimos en la ducha. Debía quitarme todo
resto de sangre antes de ir al pueblo, aunque hubiera renunciado a las
condiciones sociales para presentarme allí debía aparentar seguirlas. Me ayudó
a eliminar cualquier resto de sangre de mi cuerpo y yo hice lo mismo con él.
Después salimos y yo me vestí. Me sentía rara al volver a llevar puestas de
nuevo prendas de ropa, me sentía incomoda, aprisionada, como encerrada en una
jaula, esas telas me apretaban y asfixiaban, no entendía en este momento cómo
había sido capaz de llevarlas durante tantos años sintiéndome cómoda con ellas.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Cuando estuve
vestida él me miró, se acercó a mí y sujetando una esquina de mi camiseta
tironeó de ella. Me le quedé mirando curiosa.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No me gusta –
comentó –, no eres tú.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Lo sé, por eso
en cuanto regrese me desharé de ellas.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Fuimos hasta el
salón y allí abrí el mueble bar, aquella botella empezada de whisky era lo más
parecido que tenía a una anestesia y lo único que se me ocurría que podría
comprar en el pueblo sin levantar sospechas. Se la tendí a Siivet.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Empieza con
esto, cuando vuelva traeré más, junto con el resto de cosas que necesito. Es lo
más parecido que puedo darte a una anestesia y con un poco de suerte conseguiré
que caigas semiinconsciente para que no tengas que sufrir tanto dolor.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">No contestó,
simplemente desenroscó el tapón y le dio un trago largo. Su cara fue la de
cualquier persona que no esté acostumbrada a beber tras hacer una cosa así.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Vuelve pronto –
me dijo besándome con cariño. Asentí con la cabeza y salí de la casa.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Fui corriendo casi todo el camino, me
ardía la cadera por el golpe del día anterior y había perdido la costumbre de
llevar ropa, zapatillas y bolso, todo me molestaba, era un verdadero engorro,
no podía correr a gusto y me molestaba. </span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Llegué al pueblo
casi sin aliento y bastante dolorida. Se me hacía tan raro ver a otros seres
humanos caminando por las calles, aun no habían cerrado el supermercado, el
resto de las tiendas ya estaban cerradas desde hacía casi una hora. Menos mal
que aquel sitio lo cerraban tarde.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Entre en la
tienda, reconocí bastantes caras pero al parecer nadie me reconoció a mí, la
gente se apartaba y me miraban de forma extraña, casi con desprecio, recordaba
que no les gustaba demasiado ver a forasteros por la zona. No me importó, saqué
pecho y caminé con toda mi dignidad de loba, fui directa a las secciones de la
tienda que me interesaban, alcohol, un juego nuevo de cuchillos bien afilados,
vendas, gasas, agua oxigenada, esparadrapo, incluso encontré algunos
antibióticos fuertes y una aguja con sutura que no pensé que venderían en estas
tiendas. Al ir de camino a la caja hubo algo que llamo mi atención, más bien mi
instinto. Me acerqué a la sección de electrónica y cogí también un portátil sin
saber muy bien porqué, no sabía para que lo quería ni para que lo necesitaba,
pero mi instinto me decía que me haría falta.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Con todo ello me
dirigí a la caja. La chica que se encargaba de la caja me miró de forma extraña
al ver la dispar compra, le dirigí una mirada amenazadora, estaba
suficientemente cabreada por la actitud de la gente y suficientemente nerviosa
por lo que debía de hacer como para haber aguantado ningún tipo de comentario.
Pareció entenderlo a la primera y no abrió la boca, se limito simplemente a
cumplir con su trabajo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Salí de la tienda
bajo la atenta mirada de todos, por la calle sentía las miradas que se clavaban
en mi pero preferí no prestarles atención. Nada más salir del pueblo volví a
empezar a correr, no podía perder ni un solo minuto, cada segundo era crucial
en estos momentos. Tuve que parar antes de llegar a casa, las piernas casi no
me aguantaban y me dolía todo el cuerpo, caminé el tramo que me quedaba, cada
vez más preocupada, con un miedo horrible a llegar a casa y encontrarme a
Siivet tirado en el suelo, sin fuerzas, muerto, habiendo sucumbido ya a la
succión de las alas. No quería pensar en ello pero ese era un miedo que llevaba
martilleándome el corazón desde el mismo momento en el que había abandonado la
cabaña.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Entré dentro con
el corazón en un puño y conteniendo la respiración, no escuchaba ningún ruido,
la casa estaba totalmente en silencio. Caminé un par de pasos dentro de la casa
y cerré la puerta tras de mí. No escuchaba nada, estaba cada vez más nerviosa.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">De detrás de la
puerta salió Siivet de improviso sujetándome por la espalda besó mi cuello.
Pegué un bote del susto y me separé de él.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Ya creía que no
regresarías – arrastraba las palabras, en ese momento vi la botella ya vacía
encima de la mesa del salón – te he echado de menos amor – dijo volviendo a
abrazarme y besándome en los labio.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">En verdad me
alegraba de verle con vida, de verle tan bien y con tantas energías aun, no
pude resistirlo, de simple felicidad, solté las bolsas que traía, me abracé a
su cuello y le devolví el beso. Sentí el calor en los suyos, el alcohol había
hecho su efecto, aquel que haría en cualquier persona. No sé porqué, pero ya
había decidido seguir a mis instintos aquella noche, si lo hacía así
conseguiría que sobreviviese o al menso así lo sentía yo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Cogí la botella
que traía en una de las bolsas y le hice seguirme de nuevo al dormitorio. La
abrí y se la entregué, por un momento pareció que fuera a rechazarla, pero
después pude ver una sombra de claridad por su rostro y le dio un trago largo.
La posó en la mesita de noche y volvió a acercarse a mí, sujetándome por la
cintura y agarrándose a la cintura del pantalón.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- ¿No dijiste que
te desharías de ellas nada más volver? – preguntó con media sonrisa.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Tal vez prefiera
que lo hagas tú – le contesté.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">No esperó a que le
dijera nada más, volvió a apretarme con fuerza contra su cuerpo y comenzó a
besarme con fuerza, en verdad no dejó que mi ropa permaneciera sobre mi cuerpo
demasiado tiempo, se encargó de ello. Nos tumbamos en la cama y yo cogí la
botella para seguir dándole de beber, parecía que así al menos le gustaba más y
no se negaba tanto a beber. </span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Ninguno de los dos
lo dijo en voz alta, pero esa podía ser la última noche que estuviéramos
juntos, por eso habíamos decidido disfrutarla, reírnos y disfrutar de aquellos
momentos, tal vez esto estuviera siendo un adiós, pero eso no podíamos saberlo
ninguno de los dos, por eso simplemente disfrutamos.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Seguí dándole de
beber durante todo el rato, él quería que le acompañase, que yo también bebiera
con él, estaba bastante borracho desde hacía tiempo y aunque me hacía mucha
gracia no probé ni una sola gota, debía mantener la cabeza despejada para lo
que luego me tocaba hacer. Poco a poco iba perdiendo sensibilidad,
coordinación, hubo un momento en el que ya no era capaz de incorporarse en la
cama, solo permanecía tumbado riéndose y diciendo todo el rato que la cama se
movía, que daba vueltas. Ese era el momento correcto, teníamos que empezar,
tenía miedo de que su cansancio y su incapacidad para moverse no fuera solo a
causa del alcohol.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Tenemos que
empezar. </span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- No quiero
empezar – me respondió - , me quiero quedar contigo hasta el final.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Y yo no quiero
que haya un final, quiero que te quedes conmigo – le di un beso, cerró los ojos
y no los volvió a abrir. Por un momento me asusté, pero seguía respirando y aun
me hablaba, no tenía ninguna coherencia pero seguía pronunciando alguna
palabra.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Le empujé hasta
que conseguí darle la vuelta. Sus alas caían a los lados totalmente inertes,
ahora tenían un color más macilento, casi gris, al igual que los trozos de piel
que las rodeaban, había pequeñas manchas
grisáceas que no me daban buena espina. Seguramente aquellas partes ya estarían
muertas, toqué con mis dedos apretando ligeramente, él no dijo nada, no pareció
sentirlo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Volví a la puerta
de entrada, donde había dejado las bolsas y las llevé hasta el cuarto, me
harían falta. Empecé a sacar las cosas y a colocarlas en el orden que creí me
serían necesarias en la mesita que se hallaba junto a la cama.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Primero cogí el
bote de iodo y con la ayuda de un algodón limpié toda la zona por la que tenía
pensado cortar, noté que le daba un escalofrío, vi como su carne se ponía de
gallina, casi me hizo gracia si no fuera porque ahora tenía que coger el
cuchillo. Los había comprado nuevos para asegurarme de que estaban bien
afilados y que así me resultaría más rápido y fácil todo. </span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Cogí una de las
armas entre mis manos, me temblaba el pulso, estaba nerviosa, primeramente
porque no sabía si esto acabaría con su vida y también porque no estaba segura
de lo anestésico que podría llegar a ser el alcohol. Sentada a horcajadas sobre
su espalda para evitar que se moviera más de la cuenta comencé a cortar justo
alrededor del ala. Su espalda se arqueó de golpe y un alarido surgió de su
garganta, un grito de dolor, de más puro sufrimiento. Las lágrimas se me caían
y casi me impedían ver, pero mi determinación era más fuerte que el dolor que
pudiéramos sentir ambos. Tenía que hacerlo, tenía que salvarle a toda costa,
hice que dejara de temblarme el pulso y me obligue a parar de llorar. Seguí
cortando alrededor del primer ala, rodeándola por completo, sus gritos seguían
y yo comencé a profundizar en la herida, siguiendo el hueso de ésta, porque era
de hueso, la otra vez no me había fijado pero así era. Se hundía profundo en su
espalda o yo cavaba muy lenta.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Seguía gritando y
moviéndose aunque noté que intentaba contenerse, que no decía ni una sola
palabra, no me pedía que parase ni se giraba ni me quitaba de sobre su espalda,
simplemente trataba de moverse lo menos posible, trataba de no dificultarme el
trabajo y eso era admirable por su parte, debía de estar siendo un esfuerzo
verdaderamente sobrehumano.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Al seguir buscando
el final del hueso llegué a su unión con las costillas, en ese momento dio un
grito mucho más fuerte que los anteriores y calló, todo su cuerpo se relajó y
dejó de sufrir. Paré por un momento, estaba asustada, mucho… entonces vi como
su espalda seguía ascendiendo y descendiendo suavemente, aun respiraba. Se
había desmayado, solo eso. Ahora sería más fácil manejar el asunto, ya no
escuchaba sus gritos de dolor ni su sufrimiento, ahora podía trabajar con mayor
tranquilidad.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Volví a templar
los nervios como pude y escarbé con el cuchillo en la unión del hueso del ala
con las costillas, muy cerca de la columna, me daba miedo tocar donde no
debiera y dejare paralitico, sabía que la columna era una zona muy peligrosa.
Fui con el mayor de los cuidados posibles cortando los ligamentos que unían el
ala, veía las venas que iban desde el resto del cuerpo a las extremidades que
quería arrancar, no sabía qué hacer con ellas, lo mejor que se me ocurrió fue
coserlas para poder cortarlas sin miedo a que se desangrase al cortar la parte
que quedaba con la extremidad salió un gran chorro de sangre casi negra, por
suerte la parte de la vena que quedaba en su espalda no sangraba, apenas una o
dos gotas. Cuando creí terminar posé el cuchillo en la mesita de noche, sujete
el ala con las dos manos y tiré a principio sin mucha fuerza, pero ésta no se
movió, estaba nerviosa y me sudaban las manos. Sabía que eso no era bueno, no podía
empezar a ponerme nerviosa, si lo hacía no podría seguir con la otra mitad que
me quedaba.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Tiré con mucha más
fuerza y esta vez sentí como algo se desencajaba pero aun así el ala no salió
como pensé que haría. Miré en la separación que había quedado entre ambos
huesos y vi como unas pequeñas cuerdecitas aun unían las dos partes. Antes no
las había visto porque quedaban debajo del hueso. Sin soltar el ala cogí el
cuchillo con una mano y comencé a cortar aquellos hilitos, no tarde demasiado y
entonces sí que se desprendió el ala. La lancé al suelo y estoy segura de que
fue una ilusión óptica al rebotar contra el parquet o por el cansancio y los
nervios que llevaba yo encima, pero en ese momento habría jurado que esa cosa
membranosa se retorció e intentó reptar de nuevo hacia nosotros moviéndose de
formas extrañas.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Aparté la mirada
del suelo rápidamente para volver a concentrarme en el trabajo que me quedaba.
No estaba segura del tiempo que me había llevado arrancar una de las alas pero
a mí al menos me había parecido una eternidad. Con la otra extremidad repetí el
mismo proceso que con la primera, solo que ahora ya no tenía los gritos de
dolor que me retrasaran al empezar no tanto miedo a la hora de mirar por donde
cortar, ya sabía cómo hacer para que las venas no sangraran y que debía cortar
los tendones que quedaban bajo el hueso.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Cuando por fin
lancé el segundo ala al suelo pude ver como los primeros rayos de sol se
colaban por la ventana. Fuera ya estaba amaneciendo y a mí aun me quedaba mucho
trabajo por delante, aunque lo más dura ya estaba hecho.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Observé las
heridas con cuidado y fui recortando con el cuchillo todo trozo de carne
grisácea que vi, la muerte de esta carne era mayor internamente, se había
extendido más y tuve que andar cavando con el cuchillo un buen rato hasta que
la carne que empecé a sacar fue de color rosa. Había cosido las venas grandes
que tuve a la vista, pero aquellas pequeñas que no llegué a ver antes de
seccionar sangraban de forma abundante aunque no me alarmé demasiado, iba
secándola con las gasas y ya había empapado unas cuantas.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Ahora toda la abertura
parecía limpia, el sol brillaba ya con fuerza a través de la ventana. Cogí el
bote de agua oxigenada y limpié con ayuda de una gasa toda la herida por
dentro, no sabía cómo de estériles eran los materiales que había utilizado, por
lo que más valía prevenir. Además había leído en algún lugar que las heridas
deben de cerrarse de dentro para afuera, por lo que no me pareció buena idea
coser solo la herida por fuera, en el paquete de las suturas ponía que eran
reabsorbibles y eso si sabía lo que significaba, el cuerpo podía absorberlas y
no era necesario quitar los puntos una vez cerrada la herida.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Empecé a coser
como buenamente pude primero la parte más profunda y de esta forma por capas,
hasta que cosí también la piel. Cuando acabe con ambos agujeros cogí las vendas
y fui rodeando su tórax hasta que tapé ambas heridas al completo y las aseguré
con el esparadrapo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">El sol brillaba ya
con toda su fuerza, pero al fin había terminado, ahora todo estaba bien. Le
volteé para que estuviera tumbado boca arriba cuando por fin despertara y poder
darle agua y los antibióticos de vez en cuando. Todo estaba bien.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">- Todo va bien… -
recuerdo que susurré en ese momento.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Todo estaba bien,
todo estaba bien, todo estaba bien…</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Eso es lo que
estaba pensando en el momento en el que con una sonrisa en los labios descubrí
que no respiraba, mi respiración comenzó a agitarse, apoyé mi oreja sobre su
pecho solo para descubrir que no había latido. Todo estaba bien… Ahora mismo no
recuerdo bien que es lo que sucedió en los próximos momentos. </span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Sentí que yo
también dejaba de respirar, que mi corazón se paraba, el terror me invadió,
invadió todo mi ser. Sé que me quedé unos momentos en shock repitiendo en
susurros “todo va bien”. Después grité, las lágrimas invadieron mis ojos y mi
visión se volvió borrosa, grité con todas mis fuerzas una vez más antes de
reaccionar, de darme cuenta de lo que estaba ocurriendo ante mí, no lo aceptaba
no lo entendía, mi instinto no me había avisado de nada, no entendía nada no
podía permitirlo, nada ni nadie podía arrebatármelo, no podían arrebatármelo,
era mío yo lo había encontrado, me pertenecía y no podían robármelo.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Sé que le pedí una
y mil veces que se quedara conmigo, que no me dejase sola, que tenía que estar
a mi lado, también recuerdo que le hice el masaje cardiopulmonar no sé si bien
del todo o no. Lo único que recuerdo a ciencia cierta es que no podía parar de llorar
y de gritarle que no me abandonase, que no podía hacerme esto.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">En algún
momento me rendí y me dejé caer sobre su pecho, no podía parar de llorar y de gritar,
era lo único que podía hacer, me dolía el pecho como si una garra me lo estuviera
exprimiendo, apretando con todas sus fuerzas dentro de mí. Poco a poco dejé de gritar,
pero no me levanté y no pude dejar de llorar, solo podía quedarme allí tendida sobre
él queriendo morir a su lado, no quería volver a ponerme en pie.</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Entonces
lo escuché, muy tenue, muy lejano… su corazón latía. No podía creerlo, seguramente
serían imaginaciones mías, pero también respiraba, muy tenuemente también, pequeñas
y cortas respiraciones, acerqué mis dedos a su nariz y sus labios entre abiertos
y sentí un ligero aire saliendo. Respiraba y su corazón latía, seguía con vida,
seguía con vida, seguía con vida…</span></div>
<div class="Libros">
<span style="background-color: black; color: #eeeeee;">Volvía a
llorar, ahora de felicidad y en parte de incredulidad, debía de ser un sueño, lo
tenía que estar soñando, volví a recostarme sobre su pecho y entonces, del más puro
cansancio me quedé dormida escuchando los suaves latidos de su corazón.</span></div>
Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-47512778058957661032012-10-31T09:12:00.001-07:002012-10-31T09:12:42.664-07:00ConvencerIntentar convencer a los que no están de acuerdo es como intentar escribir sobre el agua.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-63292298743807239542012-10-31T09:12:00.000-07:002012-10-31T09:12:04.055-07:0030/10 Devils NightLuna llena, me mira, me observa, con su eterno resplandor, con su indómito esplendor. Redonda, perfecta. Su luz brilla para clavar esa mirada plateada en mi y yo la miro y ella se oculta entre jirones de nubes que cree que la protegen pero apenas pueden eclipsar su profundo resplandor. Y su luz gobierna los cielos, con su mágica y su única hermosura en la noche de los muertos. La noche del diablo.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-50168374324925126942012-10-17T12:51:00.002-07:002012-10-17T12:54:50.495-07:00La Vida es Sueño - Pedro Calderón de la Barca<span style="background-color: black; color: #cccccc;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">Es verdad, pues: reprimamos</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">esta fiera condición,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">esta furia, esta ambición,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">por si alguna vez soñamos.</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">Y sí haremos, pues estamos</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">en mundo tan singular,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">que el vivir sólo es soñar;</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y la experiencia me enseña,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">que el hombre que vive, sueña</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">lo que es, hasta despertar.</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">Sueña el rey que es rey, y vive</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">con este engaño mandando,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">disponiendo y gobernando;</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y este aplauso, que recibe</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">prestado, en el viento escribe</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y en cenizas le convierte</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">la muerte (¡desdicha fuerte!):</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">¡que hay quien intente reinar</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">viendo que ha de despertar</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">en el sueño de la muerte!</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">Sueña el rico en su riqueza,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">que más cuidados le ofrece;</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">sueña el pobre que padece</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">su miseria y su pobreza;</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">sueña el que a medrar empieza,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">sueña el que afana y pretende,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">sueña el que agravia y ofende,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y en el mundo, en conclusión,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">todos sueñan lo que son,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">aunque ninguno lo entiende.</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">Yo sueño que estoy aquí,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">destas prisiones cargado;</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y soñé que en otro estado</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">más lisonjero me vi.</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">¿Qué es la vida? Un frenesí.</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">¿Qué es la vida? Una ilusión,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">una sombra, una ficción,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y el mayor bien es pequeño;</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">que toda la vida es sueño,</span><br style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: center;" /><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 17px; text-align: center;">y los sueños, sueños son.</span></span>Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-10722937230909483512012-09-07T05:00:00.000-07:002012-09-07T05:00:37.824-07:002012/09/6El ser humano es algo efímero, frágil, en cualquier momento, en cualquier instante puede llegar a romperse o simplemente desaparecer. Unos segundos en los que pierdes de vista a alguien y al minuta ya no esta, tragedias que se suceden sin parar. Vuelves y no encuentras aquello que de lo que por un momento te apartaste. Para descubrir que simplemente se ha ido, ha muerto. La noticia corre, la noticia vuela. Y la gente siente en su pecho que algo se ha ido, sin entender porque, simplemente algo ya no esta. El cuerpo humano no resiste, un golpe, unas llamas o el simple agua. Todo a nuestro alrededor es peligroso y mortal. Somos blandos, delicados, como ya he dicho frágiles. Cualquier cosa nos rompe, cualquier cosa separa el alma de nuestro cuerpo, cualquier cosa nos mata...Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-57075088243831205042012-08-29T11:34:00.000-07:002012-08-29T11:34:45.605-07:00AireEl aire se vuelve pesado a mi alrededor, cae, me aplasta y se vuelve espeso, tanto que no se deja respirar. Me ahogo, intento obtener una bocanada y me asfixio, no consigo respirar, me desespero, tanto que intento agarrarlo entre mis dedos para hacerlo entrar en mis pulmones, sin resultado porque no lo consigo aspirar. Presión e incertidumbre, el no saber que depara el futuro para mi... ¿Que habrá al girar en la próxima esquina?Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-37973597953647295822012-08-17T06:19:00.000-07:002012-08-17T06:19:54.303-07:00Reducto<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8jfgC1QjvchcGW4CLS645X1jpWjBMZAPIO1hcxkUqDTaygiyRpjuckMdzm59DOMz5n6GrJi1XNx-wzuug6qqjVNDxxB0dctsWeVbKDmFftzB_sjyaeXUxXaxLET7l8ryezSaxPj4cHYU/s1600/140820121956.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8jfgC1QjvchcGW4CLS645X1jpWjBMZAPIO1hcxkUqDTaygiyRpjuckMdzm59DOMz5n6GrJi1XNx-wzuug6qqjVNDxxB0dctsWeVbKDmFftzB_sjyaeXUxXaxLET7l8ryezSaxPj4cHYU/s320/140820121956.jpg" width="320" /></a></div>Último lago, reducto de vida, ya sin agua, la vida se agota y la vegetación absorbe las últimas gotas para prevalecer su verde sobre el dorado tras su muerte.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-73285209041701661692012-07-23T06:33:00.000-07:002012-07-23T06:33:09.365-07:00SilencioPor fin desde hace mucho tiempo, ya no recuerdo cuanto, conseguí que el silencio reinara en mi mente.<br />
Entre en las frías aguas del mar del norte, nade hasta donde mis pies no llegaran a tocar el fondo, me tumbé sobre las aguas con la cabeza medio sumergida, lo justo para poder seguir respirando y contemplé el cielo. Azul, inmenso, como el mismísimo mar, pequeñas nubes rasgadas sembraban el cielo.<br />
Cerré mis ojos y me deje mecer por el suave balanceo de las olas... mi mente estaba en blanco, totalmente en blanco, ningún tormento ni preocupación, ningún pensamiento, tan solo paz y silencio, el murmullo de los bañistas a lo lejos, muy a lo lejos, todo amortiguado por el murmullo del mar. Así con los ojos cerrados, flotando, sentía como las olas me mecían y dirigían mi rumbo con suavidad, sentía como si con el balanceó de las olas poco a poco mi cabeza se hundiera quedando colgada por los pies, como poco a poco mi centro de grabedad cambiaba para quedar suspendida boca a bajo. Pero tan solo era una sensación, yo seguía meciendome con el vaiven suave de las olas. Paz, la paz más absoluta me rodeaba, no quería regresar a la realidad, aquel sentimiento era perfecto.<br />
Pero aun sin desearlo siempre hay que regresar. Al volver a una posición vertical descubrí como el mar había intentando llevarme a su reino de serenidad, estaba mucho más lejos de la costa que al cerrar mis ojos. Nada por lo que preocuparse, tan solo nadar con tranquilidad, acompañada por el rumbo de las olas para poder volver a la arena y con ello volver al mundo real, a mi cabeza llena de preocupaciones, pero más tranquila, ahora sabiendo que todavía existen algunos lugares en los que puedo hallar la paz.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-39346835242221003572012-06-16T17:09:00.001-07:002012-06-16T17:10:24.336-07:00AirNeed something,<br />
need to breath,<br />
the air arround me is dawn<br />
I don´t feel the wind in my face<br />
I can´t breath in this world<br />
my spirit is suffocated<br />
I want to fly,<br />
because, if i fly.<br />
it will meen that I can control<br />
the air<br />
the storm.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/kNwQdRqOiNI?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-66368874408533359412012-06-14T13:31:00.000-07:002012-06-14T13:31:40.034-07:00Noches oscuras.23Desperté con el dolor de un fuerte pinchazo en el estómago. Ya conocía aquella clase de pinchazos, sabía lo que traían consigo, solo que esta vez había sido mucho más fuerte de lo habitual. Estaba abrazada a la loba negra y rodeada por los brazos de Siivet. La loba me miraba con preocupación y parecía cansada, ¿Acaso había pasado toda la noche vigilándome? Era capaz y lo sabía. Aun así me preocupo su cara, parecía algo enferma más que cansada. Puse una mano en su frente aunque tampoco tenía muy claro cómo iba aquello de las enfermedades en animales, por las veces que había llevado a mi gato al veterinario sabía que su temperatura no era la misma que la nuestra pero ese era todo el campo que podría abarcar.<br />
Siivet seguía durmiendo, otro fuerte pinchazo me hizo retorcerme. Ahora entendía por qué me había despertado tan pronto, jamás me habían dado aquella clase de pinchazos, eran muy fuertes. Mi menstruación tenía que estar al llegar si no lo había hecho ya. La loba negra comenzó a lamer mi vientre con suavidad y el pinchazo pareció mitigarse un poco, tal vez era eso lo que ella había sentido y por eso había pasado la noche a mi lado. El hombre se despertó al sentirme retorcerme y al escuchar el gemido lastimero de la loba. Parecía sobresaltado al despertar de aquella manera.<br />
- ¿Te encuentras bien? - fue lo primero que preguntó al mirarme.<br />
- Si, no es nada.<br />
- No parece no ser nada - contestó alzándose sobre un antebrazo.<br />
- No es nada por lo que no haya pasado ya la mayoría de los meses de mi vida. - frunció el ceño pero pareció comprender lo que le decía.<br />
- Si necesitas cualquier cosa pídemelo ¿De acuerdo?<br />
- Sí, lo haré, no te preocupes.<br />
Me puse en pie y miré disimuladamente las mantas, no había ninguna mancha en ellas ni tampoco en mí. No le di más importancia, vendría a lo largo de la noche, de eso estaba completamente segura. Todos los lobos dormían aun, no había anochecido todavía, había mucha claridad fuera de la cueva. Salí seguida de cerca por la loba negra y por Siivet que se levantó para no dejarme sola. Bajé la pequeña ladera hasta el riachuelo que cruzaba cerca de la cueva, necesitaba agua, tenía una sed horrible.<br />
Me agaché para beber hasta saciarme, mis acompañantes hicieron igual que yo aprovechando el recorrido. Al ponerme en pie sentí otra fuerte punzada en el estómago, contuve la respiración y el gemido de dolor que pugnó por salir. Nunca me había dolido tanto, ¿Qué estaba pasando? Sentí como un brazo rodeaba mi cintura y posaba su mano en mi vientre.<br />
- ¿De verdad estás bien? - se notaba la preocupación en su voz.<br />
No quería que se preocupase, no pasaba nada. Era algo natural que me gustaría haberle podido ocultar. Me daba rabia que lo estuviera notando tanto, me sentía impotente ante los pinchazos y me enfadaba el que quisiera tratarme como si fuera delicada, como si yo no pudiera sobrellevar esto por mí misma.<br />
- Te he dicho que estoy bien. No necesito nada. - respondí algo cortante volviendo a girarme hacia la cueva. Mientras caminaba el dolor continuaba martilleándome pero no dejé que se reflejara en mis gestos. Al llegar a la puerta de la cueva el lobo gris estaba allí en pie mirándome. Solo esperaba que el no se preocupase también por mí.<br />
Cuando llegué a su altura se frotó contra mis piernas y me empujó para que no entrase en la cueva, para que le siguiera. Hice caso y le seguí, me condujo al bosque, pocos segundos después la loba negra estaba también a nuestro lado, pero no Siivet. Por un lado me alegraba de no tenerle cerca preocupándose por nada y por otro tenía miedo de haber herido sus sentimientos al haberle contestado de aquella manera.<br />
Los lobos comenzaron a correr sin previo aviso y yo les seguí poniéndome a su altura en velocidad o al menos lo intenté, después ellos se amoldaron a la mía, corrimos entre los árboles. Creo que ellos habían notado mi estado de ánimo y se estaban esforzando a su manera por hacer que me desahogase. La verdad es que me estaba sentando bien el cansarme, descargaba adrenalina y me relajaba, así tal vez al volver a la cueva no volvería a pagarla con Siivet.<br />
No tardamos demasiado en volver, cuando entramos en la cueva aun no había oscurecido totalmente, el sol comenzaba a ponerse por las montañas a lo lejos. El hombre estaba sentado en la manta con el lobo blanco medio echado sobre él, la manada aun no había despertado aunque ya comenzaban a revolverse inquietos. Siivet me miró al verme entrar, en su cara leía una especie de miedo y la preocupación. Le cogí de una mano y le arrastré fuera de la cueva sin mencionar palabra, me siguió sin preguntar.<br />
- No necesito que te preocupes por mi ya que no hay de que preocuparse. - le dije una vez fuera - siento que mi tono haya sido severo no soy de porcelana y es algo que puedo sobrellevar por mi misma.<br />
- No quería hacer nada parecido, solo me había parecido que necesitabas ayuda, que no te encontrabas bien.<br />
- En el momento que necesite ayuda te la pediré. - asintió aunque no parecía del todo convencido respecto a que fuera a avisarle de mi mal estar.<br />
Yo tampoco estaba segura de que fuera a avisarle del próximo pinchazo, lo más probable es que no lo hiciera ya que los dolores jamás llegarían a ser tan dolorosos como para pedir algún tipo de ayuda. Para tranquilizarle un poco le abracé con fuerza y le besé, aun no lo había hecho desde que nos hubiéramos levantado, él me sujetó para que no pudiera apartarme de él y prolongó el beso. Parecía que lo necesitase más de lo que aparentaba, acarició mi espalda con sus manos y cada vez sentía un poco más de fuerza y pasión en aquel beso. Sentí mi piel erizarse ante el contacto de sus manos. Acabo su beso de forma suave con ternura, sentí lo que me decía con él, que podía contar con él, que iba a estar ahí para mi.<br />
A decir verdad pareció que mi estado de ánimo mejoró con aquello, me sentía más relajada, había olvidado los dolores y lo irascible que hubiera podido estar hacía pocos segundos, sabía que nada de lo que él había dicho o hecho habían sido porque me considerase débil o frágil, era simplemente porque se había preocupado.<br />
Regresamos a la cueva, la loba negra estaba hecha un ovillo entre las mantas, parecía muy pequeña así enroscada, los otros dos lobos estaban tumbados a su lado bien despiertos mientras el resto de la manada iba despertándose y comenzaban a estirarse. El lobo blanco estaba lamiendo la oreja y la cabeza de la negra con cariño. Ahora si que empecé a pensar en que le estaba pasando algo o que estaba enferma, ella nunca se tumbaba de aquella forma y el lobo blanco nunca estaba tan tranquilo lamiendo a nadie algo raro estaba sucediendo en aquel momento.<br />
- Creo que le pasa algo - le dije a Siivet - parece enferma, esta mañana tenía muy mala cara y mírala ahora.<br />
- Pero antes a salido con vosotros.<br />
- Sí y ha estado corriendo, pero ahora parece enferma de nuevo.<br />
Me acerqué a ella y alzó la cabeza para mirarme, en verdad tenía mala cara. La acaricié con cariño y pareció animarse algo aunque no se levantó, me abracé a su cuello con cariño y me quedé así un rato. Al separarme ella se puso en pie, parecía estar mejor o a lo mejor lo aparentaba para que yo no me preocupara, si era así en ese punto se estaba comportando igual que yo ante la preocupación del hombre.<br />
La manada al completo estaba despierta en el momento que me senté para empezar a hacer el fuego, la loba negra se sentó a mi lado izquierdo y Siivet al otro lado. Vi en su mirada que quería ayudarme con el fuego, pero en el momento que fue a preguntar volvió a cerrar sus labios, en seguida supe porqué no lo había pedido, temía que yo pensara que estaba tratando de cuidarme, de hacer que yo no me esforzara en anda. En el fondo le agradecí ese gesto, tenía intención de agradecérselo con palabras en el momento que acabara con el fuego.<br />
Escuché un gemido lastimero de la loba negra, miré hacia ella y en ese momento otro pinchazo fuerte me taladró por dentro, fue tan intenso que tuve que soltar las piedras y sujetar mi vientre mientras me encorvaba, respiré hondo un par de veces para paliar el dolor pero otro pinchazo me asoló y de seguido otro más. No pude evitar el dar un grito de dolor, era horrible, jamás me había pasado algo parecido y no sabía que hacer en aquel momento para que me dejara de doler. Sentí la mano del hombre en mi espalda cuando el cuarto pinchazo me atravesó.<br />
- ¿Estás bien? - sabía de sobra que no estaba bien, la preocupación en su voz lo dejaba patente, pero qué más podía preguntar en aquel momento.<br />
- No - contesté con un leve gemido - duele... mucho.<br />
- Túmbate - me dijo apoyando la mano en mi hombro para intentar ayudarme.<br />
- No puedo. - en verdad no podía moverme sabía que si me estiraba aquello dolería más todavía, no podía desdoblarme.<br />
Me cogió en brazos así echa un ovillo como estaba y me llevó hasta la manta, no pareció costarle nada. Me tumbó de lado para que pudiera seguir enroscada. Los pinchazos seguían sucediéndose uno tras otro, no paraban y cada vez me dolía más, no podía moverme, no sabía que hacer, cada vez estaba más impotente y pensaba menos, solo quería que aquello parase de una vez, ya no podía pensar en nada, solo en que parase, que parase.<br />
- Tienes que estirarte.<br />
- No puedo. - contesté.<br />
- Necesito que lo hagas - sentía el miedo en su voz.<br />
No pude contestarle, solo gritar de dolor cuando posó una de sus manos en mi hombro. Escuche un gruñido grave tras de mí y vi cómo el lobo gris se acercaba a Siivet gruñendo y enseñándole los dientes en gesto más que amenazante. El hombre no se apartó de mí y el lobo saltó contra él apartándole, vi como sus dientes se hundían en el antebrazo de Siivet, vi su sangre corriendo mientras los dos se revolcaban por el suelo.<br />
- ¡No! - grité pero mi intento fue en vano, seguían peleando.<br />
De pronto un reflejo pasó a toda velocidad por delante de mi campo de visión, ni un solo gruñido, ningún aviso, solo saltó, pocos segundos después vi como Siivet quedaba fuera de la pelea y los dos lobos luchaban. Mi lobo gris pronto se rindió ante su atacante ya que era la loba grande la que se había metido en la pelea, ella no aceptaba peleas dentro de su manada y menos aun si se trataba de atacar a su querido demonio. Los pinchazos seguían en mi vientre, volví a gritar sin poder remediarlo, tuve que cerrar los ojos y deje de ver la escena. Tan solo escuchaba los gruñidos amenazantes de la loba grande cada vez más cerca de mí, sabía que venía a por mí pero no sabía por qué, no sabía que era lo que había hecho, casi que no me importaba, seguro que si me hería gravemente aquellas heridas dolerían más que los pinchazos en el vientre y podría paliar mi dolor con dolor. Escuché algo arrastrándose por el suelo con rapidez hacia mí y cómo se ponía en pie, debía de ser Siivet ya que era el único del grupo que podía ponerse en pie.<br />
- No la toques - le escuché decir con voz firme y autoritaria que no dejaba lugar a réplica.<br />
Abrí los ojos lo que pude solo para ver al hombre de espaldas a mí mirando hacia la loba que seguía con sus ojos fijos en mí gruñendo y mostrándome los dientes, me culpaba, me culpaba del inicio de la pelea entre el hombre y el lobo gris, por mi culpa habían herido a su preciado nuevo miembro de la manada, que por mi culpa uno de sus lobos había recurrido a la agresividad, para ella yo era la culpable de todo aquello. No me importó que me culpase, yo solo quería que desapareciera el dolor, quería dejar de sentir, no me importaba cómo, solo quería librarme de aquel dolor. Al final la loba grande se apartó y salió de la cueva, Siivet se volvió hacia mi de inmediato.<br />
- Necesito que te estires.<br />
- No puedo - volví a gemir.<br />
- Elämä, necesito que lo hagas o no podré ayudarte. - con todos mis esfuerzos fui estirando las piernas y con su ayuda acabé por estirarme tumbada bocarriba. Ahora dolía más incluso, las lágrimas caían de mis ojos sin yo poder contenerlo, aquello dolía demasiado ¿Qué me estaba pasando? ¿Acaso iba a morir? El dolor me hacía pensar eso y si fuera así casi preferiría que se acabase ya que seguir sufriendo aquello. Sentí dos manos en mi vientre haciendo una pequeña presión, eso pareció paliar un poco el dolor, no mucho, pero sí algo, así que sujete esas dos manos con las mías para que no las apartase.<br />
- Mierda. - le escuché gritar.<br />
No quise preguntar, no quise hablar, solo quería que no apartara sus manos para que no regresase el dolor de nuevo. Le sentí moverse e intentó apartarse.<br />
- No. - le dije sosteniendo aun sus manos contra mi vientre.<br />
- Debo alejarme unos instante si quieres que desaparezca todo el dolor. - solté sus manos y los pinchazos tardaron un poco en volver a ser tan intensos como los de antes, pero volvieron.<br />
Vi a donde iba y con lo que volvía, traía a la loba negra en brazos, esta parecía casi más febril que yo. Lloriqueaba y se hacía un ovillo al igual que yo antes, el hombre la depositó sobre mi vientre y colocó las manos sobre su lomo. Los dolores volvieron a calmarse y la loba también pareció mejorar un poco, dejó de llorar. Contemplé a aquel demonio que estaba haciendo que los dolores desaparecieran, vi algo raro que jamás se borrará de mi mente, una especie de aura violácea empezó a deslumbrar su piel, irradiaba una tenue luz morada que poco a poco se fue concentrando en sus manos, cuando estuvo totalmente concentrada en sus manos pasó a través del cuerpo de la loba negra unos segundos después una especia de calor comenzó a calmar los dolores de mi vientre, para cuando comencé a sentirlo la loba había dejad de llorar por completo, cuando ese calor recorrió todo mi abdomen y volvió a salir de mí la loba pareció recobrar la chispa que le había faltado en la mirada durante todo aquel tiempo.<br />
Por fin podía volver a respirar con normalidad los dolores estaban desapareciendo casi tan rápido como habían aparecido, la loba negra se puso en pie y caminó para apartarse de nosotros, vi como iba a frotarse contra el lobo banco que estaba a nuestro lado más quieto y más serio que nunca, tan preocupado que había dejado de ser él mismo prácticamente.<br />
Miré a Siivet a la cara,su frente estaba perlada en sudor y en sus ojos aun anidaban el miedo y la preocupación. Estiré una mano para acariciar su rostro y él la sujetó con la suya contra su mejilla mientras que la otra mano continuaba apoyada en mi vientre, como con miedo a que en el momento que la apartase mis dolores volvieran. En verdad yo también tenía aquel miedo recorriéndome por dentro.<br />
- Gracias. - le dije sin apartar la mano de su rostro.<br />
- No entiendo por qué me las das.<br />
- Por que has hecho que los dolores desaparezcan, porque has hecho que la loba este mejor, por haberme defendido de la gran loba... Creo que son motivos suficientes para darte las gracias.<br />
- Es culpa mía, tus dolores han sido culpa mía.<br />
- No lo entiendo - veía el sufrimiento y la culpa en su rostro, no sabía a que se refería.<br />
- Tus dolores... no son de algo que suceda todos los meses, son lo contrario. Este mes no vas a sangrar, ni los que le sigan en bastante tiempo. Elämä, estás embarazada.<br />
No supe que responder, en verdad había posibilidades de que fuera así, pero en ningún momento se me había ocurrido, ni tan siquiera lo pensé, aquí no tomaba las pastillas ni habíamos utilizado ningún método anticonceptivo, pero en el momento tampoco lo había pensado, estaba viviendo según instintos y evitar que esto sucediera no entraba dentro del instinto. De todas formas él cómo podía saber aquello, no acababa de asimilarlo, no me hacía a la idea.<br />
- ¿Como puedes saberlo? - fue lo único que se me ocurrió preguntarle.<br />
- Porque es hijo mio, porque los nuestros son distintos y se que es lo que ocurre cuando una de nuestras mujeres queda gestante.<br />
- ¿Cómo es? - si aquello iba a seguir pasándome quería saber como iba a ser, por qué iba a tener que pasar.<br />
- Nuestros niños no tienen alma, así que desde el vientre de la madre roban la que más accesible encuentren, es una forma de llevar un control del número de demonios que hay. Los desgraciados en perder su alma suelen ser los padres. En tu caso estaba atrapando el alma de la loba, por eso se ha dado esta situación, tu cuerpo no estaba preparado para engendrar un ser de tal poder y el alma que estaba recibiendo tampoco era humano. No lo habrías soportado, tu cuerpo no habría podido sobrevivir ni a una semana en esa situación. - me miraba con la culpa en el rostro contándome todo aquello como si de una historia agena se tratara.<br />
- ¿Y qué es lo que has hecho? ¿Por qué ya no me duele?<br />
- He utilizado el poco poder que quedaba en mí para sellar el suyo, le devolví la parte de alma que había perdido a la loba. Ya no te dolerá, todo será normal.<br />
- ¿Y cuando nazca? ¿Y tú estarás bien?<br />
- Cuando nazca simplemente esperemos a que el poder que me quedaba haya sido suficiente para que continúe sellado, pero no tendrá alma, no se cómo le afectará eso, será algo que llegado el momento veremos. En cuanto a mí, bueno, lo único que ha sucedido es que no poseo poder, ahora soy como un simple humano. - vi una sombra de duda en su rostro, no estaba seguro de las palabras que me brindaba, seguramente ni él mismo sabría la respuesta a ciencia cierta. - Perdóname por haberte hecho pasar por esto.<br />
- Creo que no ha sido solo culpa tuya ¿No crees? - acaricié un mechón de pelo que se le escapaba de detrás de la oreja y colgaba hacia mi, no podía apartar la mirada de sus ojos, me había quedado clavada en ellos. No asimilaba aun lo que me había dicho, no iba a ser tan fácil asimilar un embarazo solo sabía que había sufrido y él había hecho desaparecer el dolor, era lo único importante en mi mente en ese momento. Mire su brazo derecho - ¿Tú como estás? - pregunté acariciando con suavidad las marcas de las dentelladas del lobo gris, todo su brazo estaba cubierto de sangre, algunas de las marcas de los colmillos aun sangraban, eran profundas.<br />
- Esto se curara, aun que ahora a ritmo normal, ya no podré acelerar la curación.<br />
- ¿Te duele?<br />
- No demasiado, se puede sobrellevar. - contestó esbozando una pequeña sonrisa. Se agachó para depositar un suave beso en mis labios.<br />
Me incorporé con algo de miedo a volver a sentir dolores, pero estos no regresaron de nuevo. Miré a mi alrededor y vi a la loba negra y al lobo blanco tumbados cerca nuestro, el blanco no parecía querer dejar que la otra se levantase, seguía preocupado. El lobo gris y la loba grande no estaban al igual que uno o dos más que habían desaparecido.<br />
- Tengo que encontrar al lobo gris. - comenté. No podía pasar por alto lo que había hecho aunque sabía el porqué lo hizo, necesitaba demostrarle que estaba bien, que él tampoco tenía necesidad de preocuparse y que Siivet no era el problema sino la solución.<br />
- Voy contigo. - no se lo iba a impedir, quedaba claro que él también debía aclarar las cosas. Después tendríamos que buscar a la loba.<br />
Salimos de la cueva y caminamos en busca del lobo. Probé primero a ir al lugar en el que lo había encontrado la otra vez en la que atacó a Siivet, pero no estaba allí, no tenía muy claro a dónde debía ir a buscarlo, esta vez había sido todo mucho peor, incluso había acabado peleando con la gran loba y ni tan siquiera sabía si yo estaba bien, tenía que encontrarle.<br />
Cerré un momento los ojos e intenté sentir su presencia, le sentía cerca, la sensación de que no se había alejado demasiado, sentía su presencia de la misma manera que los primeros días, al correr por el bosque, al llegar al claro aquel, aun huyendo de él pero buscándole al mismo tiempo.<br />
Comencé a caminar sin abrir los ojos, no sabía a donde iba, solo que me acercaba a el lobo, sentía también la presencia de Siivet tras de mí, en silencio, sin emitir ningún sonido para no distraerme. Pasados unos minutos andando volví a abrir los ojos y me encontré frente a un risco no demasiado alto, en la cima pude ver al lobo tumbado sobre las rocas mirando al infinito, parecía tener la mirada perdida.<br />
Vi como su nariz se movía para olisquear el aire y alzando la cabeza miró hacia nosotros sorprendido. Nada más verme se puso en pie y bajó rápido y ágil del risco, en pocos saltos estaba frente a nosotros, se alzó sobre sus patas traseras y comenzó a lamerme la cara medio gimoteando. Estaba contento muy contento de verme allí, sin dolores ni sufrimiento, de verme igual de bien que siempre. Rasqué sus orejas sin poder evitar el sonreír y el reírme, al acariciar su cuello dio un gemido lastimero, tenía sangre allí donde la gran loba le había mordido, sangraba aunque no era demasiado. Aparté el pelo para ver las marcas del mordisco, no eran demasiado grandes pero estaban todos los dientes bien marcados. El pelaje de al lado de su boca también tenía sombras de sangre, aunque sabía que aquella no era suya. Froté un poco con mi mano para limpiar su hocico y limpiarlo un poco, en ese momento vi sus ojos volverse hacia el hombre que me acompañaba y rápidamente de nuevo hacia mí gimoteando, parecía intentar justificar su agresión. No le di ninguna respuesta, no era yo a la que correspondía perdonar aquello.<br />
Siivet se acercó a nosotros un poco más y posó la mano del brazo herido sobre la cabeza del lobo para acariciarle con suavidad, su otra mano la posó en mi espalda. Era una conversación extraña en la que todos entendíamos lo que había sucedido, los motivos de cada uno, no había ni culpables ni culpados. El lobo acabó lamiendo el brazo de Siivet para pedir perdón por aquella herida. Ahora quedaba encontrar a la loba grande, aquello no nos costó demasiado, ya que nada más comenzar a andar de vuelta a la cueva escuchamos un aullido, era ella llamando a la manada a cazar, pero no era igual que el de siempre, parecía un aullido más nervioso, con más rabia, apremiaba a toda la manada a reunirse contra antes.<br />
Casi corrimos para llegar hasta la puerta de la cueva desde donde nos llamaba. Aquel aullido había dejado claro que no se esperaría a los miembros de la manada que tardasen demasiado tiempo en aparecer. En el momento que llegamos ya estaban casi todos los lobos reunidos y listos para emprender la marcha, me fijé en cómo la loba grande lamía la cabeza de la loba negra, alegrándose de que pudiera participar en la cacería después de su estado anterior. La mirada que me lanzó a mí no era de alegría, se acercó con la cabeza baja, casi parecía gruñirme pero en silencio, Siivet sujetó mi brazo al verla acercarse de aquella manera, listo para interponerse si fuera necesario, aparte su mano con suavidad y me coloqué delante de él, si ella tenía algo en mi contra no debía resguardarme tras él, debía afrontarlo por mi misma.<br />
Ese gesto mío pareció gustarle, su actitud dejó de ser tan amenazante. Se paró frente a mí y estiró su cuellos para ser todo lo alta que era sin ponerse sobre dos patas, daba ese aspecto autoritario y de dignidad que se supone debe tener un líder, dio un par de vueltas a mi alrededor olfateándome. Parecía intentar comprobar mi estado de alguna manera, por fin se paró frente a mí y me miró a los ojos, leí lo que me decía en ellos, me decía que debía demostrar que valía mi puesto en la manada que no era un estorbo y que no servía solo para causar problemas. Creo que con ello se refería a que había montado un buen lío aquel día y que me había quedado con el macho más poderoso de la manada, debía demostrar que merecía esos privilegios, que no estaba allí solo para arrebatárle lo que era suyo, la paz dentro de la manada. Después se acercó a Siivet y lamió con suavidad las heridas de su brazo para después volver al centro de la manada para iniciar la marcha.<br />
Caminamos largo rato por el bosque en busca de presas, sentí sombras moverse pero no parecía que fueran del agrado de la loba, buscaba algo en concreto, lo sentía, seguía ansiosa y no demasiado contenta. Un tiempo después salimos de entre los árboles a un gran llano y noté la alerta del resto de los lobos al haber encontrado la presa deseada, algunos lobos estaban nerviosos e inseguros ante lo que la loba había decidido, busqué con la mirada a la presa y los vi. Era una pequeña manda de caballos que pastaba entre las hiervas más altas. Eran caballos salvajes, había oído hacía ya algún tiempo que había varias manadas por la zona, pero en mis caminatas por el monté jamás los había visto, aunque tampoco había visto nunca a los lobos y ahora estaba con una manada.<br />
Entendí al momento el nerviosismo de los lobos, unos animales fuertes como aquellos podían matara a un lobo de una coz de alcanzarles en la cabeza. Pero también entendí los motivos de la loba, ella era grande y fuerte y estaba nerviosa, necesitaba un reto y otro para mí, necesitaba ponerme una prueba de verdad, que demostrase que yo podía hacer frente a un reto que la mayoría de los lobos no podían, que yo me merecía tener aquello que ella había querido proteger.<br />
Nos agazapamos entre las hiervas altas y caminamos lentamente, acercándonos a la manada sin ser vistos ni oídos, empezando a formar la media luna alrededor de la manada. Sentí como se escogía una yegua adulta de entre toda la manda, parecía mayor, posiblemente ya fuera anciana. El lobo rojo fue el primero en adentrarse en el centro de la manda, entre las patas de los caballos sin ser visto, el resto nos quedamos quietos y esperamos. Le perdí pronto de vista, pasamos un rato todos quietos hasta que vimos como la mitad de la manada de caballos salía al galope asustados mientras la otra mitad permanecía cerca intentando comenzar la carrera pero sin tener muy claro que era lo que había sucedido y porqué estaban rodeados de lobos, no sabían por que lado escapar hasta que uno de los machos se encabritó y arremetió contra uno de los lobos, este se apartó rápido antes de ser alcanzado por los cascos del animal. La estampida de caballos comenzó tan grande como el macho apoyó las patas en el suelo.<br />
Para ese momento la hembra que habíamos elegido se había colocado en el centro de la media manada sabiendo que era una de las más débiles. Nuestra carrera también comenzó, aquel día todos los lobos llevaban una velocidad mucho más frenética de lo habitual, los caballos en la explanada eran mucho más rápidos que las ciervas por medio del bosque. Siivet y yo nos íbamos quedando algo atrás, era una carrera demasiado rápida como para poder seguirles el ritmo. Vi como separaban poco a poco a los caballos lanzando dentelladas a las patas lo que hacía que esos caballos se asustasen y se separasen de la manda dejando cada vez más accesible una ruta hasta a yegua. Preparé la cuerda mientras corría para tratar de lanzarla en el momento que me dejasen una ruta accesible hasta la yegua, pero me quedaba cada vez más atrás, a este paso para cuando consiguiesen apartarla del resto yo estaría demasiado lejos para alcanzarla. Mi corazón latía cada vez con más fuerza, sentía la necesidad de atrapar aquella presa, no solo por el desafío de la gran loba sino también por la emoción de la caza, de verme capaz de atrapar una pieza como aquella, pero mis pulmones comenzaban a arder, me estaba excediendo incluso más de lo que solía hacer, aquello no iba a acabar bien para mi y en mi subconsciente lo sabía pero no podía parar de correr.<br />
Justo en el momento en el que ya pensaba que estaba demasiado lejos para hacer nada sentí una fuerte presión alrededor de mi vientre, un tirón hacia arriba y mi cuerpo empezó a alzarse del suelo. Miré tras de mí y vi a Siivet sujetándome con fuerza con ambos brazos, sus alas batían con fuerza venciendo la resistencia del aire y a la propia gravedad, alzándose cada vez un poco más y alcanzando una velocidad mayor a la que yo llevara antes, a la que llevaban los lobos e incluso mayor a la que llevaban los caballos. Sus alas eran enormes y poderosas batían con una fuerza que jamás hubiera podido imaginar. Volví a mirar hacia abajo, el suelo quedaba ahora a unos pocos metros de distancia desde donde podíamos contemplar la carrera.<br />
- Allí - le grité señalando a la yegua que estábamos persiguiendo, la tenía localizada desde el principio, me había fijado en su forma de correr en sus tonos y la identificaba a la perfección de los demás caballos.<br />
Ya casi la habían separado pero muchos lobos se estaban cansando ya, se iban quedando rezagados y jadeaban fuertemente, a este paso no iban a conseguir darle caza.<br />
Siivet comenzó a descender casi en picado hacia la yegua.<br />
- Cuando estemos lo suficientemente cerca te voy a soltar sobre ella, asegúrate de agarrarte, no quiero verte pisoteada bajo los cascos de los caballos.<br />
- Bien. - contesté. No tenía intención de acabar pisoteada, iba a conseguirlo, fuera de la forma que fuese iba a conseguir mantenerme sobre aquel animal.<br />
Mi pulso se aceleraba cada vez más, su descenso que apenas debió de durar unos segundos a mi me parecieron casi horas mientras mi pulso seguía acelerándose, los nervios de la caza, el saber que iba a alcanzar a mi presa, que sería mía, estaba extasiada.<br />
Al llegar a la altura de la yegua, justo sobre ella, en medio del descenso me soltó, sentí mi cuerpo caer los pocos centímetros que me separaban de su cuerpo. Me agarré con fuerza con los brazos alrededor del cuello del animal y apreté mis piernas contra sus flancos para intentar sujetarme de alguna manera, estaba totalmente tumbada sobre su lomo sujetándome tan fuerte como podía. Al sentir mi peso sobre ella la yegua se encabrito y comenzó a saltar y a cocear, eso hizo que el resto de la manda la dejaran atrás mientras eso daba tiempo a que mis lobos se acercasen. No iba a esperar a que alguno de ellos clavase los dientes en el cuello del animal, aquella era mi presa, quería matarla yo, yo la había atrapado.<br />
Solté una mano para llevarla hasta mi pierna para coger el cuchillo, pero ese animal no paraba de saltar y soltar coces a todos lados, estuve a punto de caer y tuve que volver a sujetarme con ambas manos a su cuello, en un fuerte giro que hizo vi a los lobos al rededor de la yegua enseñando los dientes, tratando saltar a por ella, pero sin poder acercarse por los golpes que lanzaba el animal.<br />
Supe que tenía que hacer algo o si alguno de los lobos se atrevía a acercarse podría acabar herido o peor. No quería que eso le pasase a ningún miembro de mi familia, no quería que se arriesgasen. Solté de nuevo una mano de su cuello y me aferré a sus crines lo más cerca de la cabeza que pude, tiré de ellas con fuerza, con mucha fuerza haciendo así que la yegua levantase la cabeza y dejase de patear medio segundo, el tiempo suficiente para que yo estirase la otra mano hasta mi pierna y sacase el cuchillo, no me molesté en volver a sujetarme a su cuello, clavé el arma directamente en su garganta, sin saber muy bien si iba a alcanzar algún punto que fuera vital o si solo iba a enfadar más al animal. Escuché un fuerte relincho de dolor al clavar el cuchillo y cómo al mismo tiempo una sombra peluda se lanzaba contra el animal herido con los dientes dispuestos a clavarse en su cuello. Los dientes de la gran loba penetraron en la garganta del animal al mismo tiempo que este daba un fuerte movimiento. Yo no estaba ya sujeta de su cuello, por lo que salí despedida por los aires, me vi a mi misma alejándome de la escena, volando por los aires para chocar con fuerza contra el suelo, el mayor impacto lo sufrió mi brazo derecho mi cadera y mi hombro, rodé por el suelo golpeándome con un montón de piedras que sentía por todo el cuerpo. Quedé tendida boca abajo intentando respirar, estaba magullada, o eso sería lo lógico aunque no sentía nada, solo el fuerte golpe del hombro que me ardía como si me hubiera reventado, creo que ese fuerte dolor era lo que impedía que sintiera el dolor del resto de los golpes.<br />
Me quedé en el suelo tendida unos segundos, respirando de nuevo, me deba vueltas la cabeza y comenzó a dolerme todo el cuerpo, no sabía muy bien a dónde había ido a parar. Coloqué mi brazo izquierdo bajo mi cuerpo apoyando la palma de la mano en el suelo para alzarme, para poder sentarme y contemplar dónde estaba, dónde estaban los demás, que heridas tenía... Necesitaba orientarme. Intenté sostenerme con el brazo derecho también pero el dolor del hombro hizo que cambiara de opinión al instante, fue como una llamarada por todo mi brazo.<br />
Al final conseguí sentarme y poder mirar a mi alrededor. Escuchaba a los lobos un poco más allá, a mi derecha pero no llegaba a verlos ni a ellos ni al caballo, lo que me hizo suponer que habían conseguido derribar del todo a la yegua y que las altas hiervas hacían el resto del trabajo para que yo no pudiera verlos.<br />
Vi a Siivet descender en el lugar de donde procedían los sonidos de los lobos, buscaba por todos lados.<br />
- Elämä - le escuché gritar haciéndose altavoz con las manos, una nota de preocupación se denotaba en su voz.<br />
Aunque yo no estaba demasiado lejos seguía sentada en el suelo y por eso no conseguía verme, la verdad es que la yegua me había lanzado con todas sus fuerzas y me había alejado bastante del lugar en el que estaban el resto. Alcé el brazo que no me dolía para indicarle mi posición pero no grité para llamarle, aun me dolían los pulmones por la carrera del principio y por el esfuerzo de haberme mantenido agarrada al animal.<br />
Siivet me vio pronto y corrió hasta donde yo estaba para agacharse junto a mí.<br />
- ¿Qué te dije acerca de no caerte? - parecía como si intentase reprocharme el haberme caído pero solo era una forma de quitarle peso al asunto, estaba verdaderamente preocupado.<br />
- Al menos no me he dejado pisotear - contesté esbozando una pequeña sonrisa.<br />
- ¿Estás bien? - preguntó posando una mano en mi brazo herido.<br />
- Creo que podía haber sido peor pero ese brazo me duele mucho.<br />
- ¿Puedes ponerte en pie? - preguntó tras mirar un momento mi brazo.<br />
- Creo que si, aunque aun no he probado. Ayúdame. - le pedí.<br />
Me sujetó por la axila del brazo bueno y por la cintura casi alzando la totalidad de mi peso. Me puse de pie, parecía que mis piernas resistían, me fui apartando poco a poco de él, mi cuerpo tembló un poco al recibir todo el peso, pero me mantuve, sentí como mi cadera derecha quería ceder ante el peso pero no lo permití, aun con las punzadas de dolor me resistía ceder contra aquel golpe, ya había cedido ante el dolor lo suficiente por un día.<br />
Comenzamos a caminar hacia el resto de la manada, Siivet se mantuvo muy cerca de mí al verme cojear, intenté que no se me notase pero me resultó imposible, la cadera intentaba ceder y yo luchaba contra ello. Cuando llegamos hasta los lobos éstos estaban despedazando la enorme presa, sabían de sobra que la matanza de un animal como aquel atraería pronto a otras manadas u otros depredadores, debían darse prisa en acarrear lo que fueran capaces. La única que dejo su labor al vernos fue la loba grande que se acercó hacia mí. Se plantó en frente mío y se restregó contra mis piernas con fuerza, lo que me hizo caer, al parecer mi cuerpo no me sostenía tan bien como yo había pensado.<br />
- ¿Estás bien? - preguntó el hombre preocupado agachándose a mi lado y poniendo una mano sobre mi hombro.<br />
- Si, solo me han fallado las piernas un poco.<br />
La loba se volvió a restregar esta vez contra mi pecho y lamió la herida que había quedado en el hombro, lo hizo con la mayor delicadeza de la que fue posible, pero aquella lengua rasposa dolía en la carne viva. Mi mueca y mi gemido de dolor pareció dejárselo claro. Me dio un lametón en la cara y sus ojos me dijeron que había hecho un buen trabajo, que había superado sus expectativas respecto a aquella cacería. Me fijé en que volvía a tener restregones de sangre en mi cuerpo aparte de la mía propia. Volví a ponerme en pie con la ayuda de Siivet, me acerqué un poco más a la presa y vi que mi cuchillo todavía estaba clavado en el cuello de la yegua, me agaché sujetándome del brazo de mi acompañante y lo extraje de un fuerte tirón, la sangre salió con lentitud de la herida. No lo enfundé de la misma, me quedé observando a los lobos mientras tiraban de la carne y daban dentelladas para tratar de despedazarla, les iba a llevar mucho tiempo y se veía que tenían prisa.<br />
- Ayúdales - le dije a Siivet tendiéndole mi cuchillos - hoy hay prisa y van a tardar mucho sin ayuda de algo afilado.<br />
Cogió el cuchillo en su mano y se puso a cortar la carne de la que los animales tiraban, la tarea se agilizó mucho con su ayuda, no lo hice yo porque no confiaba en poder adoptar poses extrañas para acceder a todas las partes del caballo. Estaban dejando el cuerpo más limpio de lo habitual, incluso le dieron la vuelta para poder acceder al costado sobre el que había quedado tumbado, fue el demonio el que le dio la vuelta prácticamente solo una vez desaparecidas las patas de uno de los flancos.<br />
Al final quedó poco más que más que el esqueleto del cuerpo. De vuelta a la cueva yo me dediqué a arrastrar una de las patas delanteras, parecía que mi cuerpo iba recuperándose de la caída y al menos ahora me mantenía a mi misma y podía arrastrar el peso de la pieza aunque no habría podido cargar con su peso en brazos.<br />
Tardamos bastante rato en llegar hasta la cueva, nos habíamos alejado mucho, fuera del territorio, por eso habían estado tan nerviosos los lobos, por eso esa prisa para volver. Hicimos una pequeña parada en el río una vez dentro de los límites de nuestro territorio donde todos pudieron descansar un poco más tranquilos, bebieron agua y se remojaron la gran mayoría de ellos, estaban todos cansados después de la carrera bestial de aquella noche, muchos de ellos posiblemente no habían corrido nunca tras un caballo.<br />
Yo me senté en la orilla con las piernas metidas en el agua y me limpié las heridas de la caída con ayuda de Siivet, me comentó que tenía un raspón de gran tamaño por la espalda en el que había bastantes piedrecillas incrustadas, las fue sacando con cuidado con la ayuda del agua. Mis tres lobos se acercaron casi nada más parar para felicitarme por mi labor y para ver cómo me encontraba, todos me habían visto caer pero no habían podido acercarse hasta aquel momento por las obligaciones que desempeñaban cada uno de ellos como miembros de la manda. Se restregaron contra mi y el lobo gris se detuvo en mirar mis heridas, en lamer las más visibles, su lengua rasposa también me hizo daño, pero no tanto como antes la gran loba ya que ahora había lavado las heridas y ya hacía un rato que me las había hecho. Continuamos el camino hacía la cueva y solo volvimos a parar para poder enterrar la gran mayoría de la carne en un terreno cercano, con esa presa tendríamos comida para mucho tiempo.<br />
Lo fui pensando por el camino, era la gran loba la que se había abalanzado contra el cuello de la yegua, era ella la que se había puesto en peligro para poder lograr la presa justo después de que yo dejase una abertura a su cuello al estirar de las crines. Nunca la había visto a ella dar el golpe de gracia, siempre dejaba que el resto de los lobos lo hicieran, que su manada trabajase en equipo para lograr la presa, pero esta vez había sido ella misma. Había notado sus ansias antes de emprender el camino en busca de la pieza, podía haber sido por eso que ella misma había matado a la presa, porque así lo había necesitado después de ser desafiada por Siivet al defenderme. O también podía ser porque sabía el peligro que conllevaba aquel golpe aun habiendo dejado yo una abertura a la garganta, era arriesgado si el animal conseguía alzarse sobre los cuartos traseros y golpear a la loba con sus poderosas patas. Al igual que yo ella había pensado en la necesidad de arriesgarse por el bien de la manada, solo que ella había salido mucho mejor parada, aun sin planearlo habíamos realizado un buen trabajo de equipo.<br />
Al llegar a la cueva me acerqué yo a la loba grande para agradecerla el haber dado el golpe de gracia, por su ayuda, sin ella yo habría salido mal parada sin haber logrado nada a cambio. Dejo que acariciase su cabeza y por primera vez en todo el tiempo que llevaba con los lobos vi un verdadero reflejo de reconocimiento en su mirada, me dijo que había arriesgado mi propia seguridad por el bien de la manada y que aquello valía más que ninguna otra hazaña, que con eso le dejaba claro que no iba a ser ningún peligro para la manada, sino que me preocupaba por el resto igual que si hubiera nacido dentro de la manada y eso era lo que ella siempre había querido de mí. Dejó que la abrazase, toda la manda nos observaba con curiosidad.<br />
Al separarme de ella fueron unos cuantos los lobos que se acercaron a frotarse contra mí, tenía el reconocimiento de todos, aunque yo ya me sintiera en la manda éste era el reconocimiento definitivo de que pertenecía a ellos.<br />
Me alejé hacia la zona en la que nosotros descansábamos, la loba negra y el blanco ya estaban durmiendo, hechos un ovillo el uno con el otro, debían de estar verdaderamente agotados, eran los más jóvenes de la manda por lo que seguramente nunca habrían participado en una caza como aquella, no me había fijado, pero seguramente habrían sido los que más velocidad llevaran al principio emocionados por un nuevo reto a la hora de cazar, pero también los que primero se habrían cansado por el esfuerzo excesivo inicial y no haber mantenido un ritmo constante.<br />
El lobo gris se me acercó alzándose sobre sus patas traseras para lamerme la cara. Le abracé y acaricié con cariño, estaba orgulloso de mí y de mi gran logro, de mi ingreso definitivo en la manada. Cuando Siivet se acercó a nosotros se bajó y se acurrucó junto a los lobos más jóvenes para poder dormir con ellos como solía hacer.<br />
Siivet me acarició el brazo sano con cariño, mirándome a los ojos con aquella intensidad que él solía utilizar, sentía mil palabras agolpándose en su interior pero sin pronunciar ninguna. Me abracé a él con fuerza, por un momento se sorprendió pero de la misma me rodeó con sus brazos, sentí cómo lo hacía con cuidado para no tocar mis heridas, para no hacerme daño. Respiró profundamente aspirando el aroma de mi pelo, le sentí hacerlo y me gustó, me daba a entender de alguna forma todo lo que ese hombre podía llegar a sentir por mí.<br />
- Has estado increíble - susurró a mi oído - pero por un momento me asusté al verte salir despedida, no conseguí ver a donde caías.<br />
- No hubiera conseguido nada si no hubiera sido por ti, el merito que me están otorgando ha sido tuyo también. Y la caída, bueno, no fue para tanto. Podía haber terminado mucho peor.<br />
Me estaba entrando sueño allí con la cabeza apoyada en su pecho, escuchando los suaves latidos de su corazón, su respiración acompasada con la mía, era verdaderamente adormilante.<br />
- Te puse en peligro. - dijo con un tono de culpa en la voz - Siempre hago que acabas herida.<br />
- No lo haces, me ayudas a crecer, a conseguir aquello que deseo. Vamos a dormir.<br />
Los lobos ya estaban durmiendo en su gran mayoría, alguno estaba aun acostándose entre sus hermanos. Me ayudo a echarme porque no podía apoyarme bien en el suelo, aun me dolía el brazo derecho y la cadera, por no mencionar que los golpes estaban empezando a doler y pronto harían moratón.<br />
Se tumbó a mi lado y posó una mano en mi vientre con cariño.<br />
- ¿Esto también era un deseo que te he ayudado a conseguir? - preguntó. Por un instante no supe a que se refería, pero pronto lo recordé, aun no me había hecho a la idea de que iba a tener un bebe, un bebe sin alma por lo que él había dicho, no sabía muy bien que significaba aquello ni que conllevaba, sería algo que se vería llegado el momento.<br />
- Nunca había pensado en ello, pero tampoco es algo que no quiera, era un deseo que tenía pero sin fecha decidida. Me estás regalando una vida.<br />
- A cambio de la que te robé hace años... - comentó más para sí mismo que para mí. Aun no se había perdonado a sí mismo por completo y le llevaría tiempo, mucho tiempo, de eso estaba segura. Era una carga que posiblemente no consiguiera soltar por completo jamás.<br />
Le abracé con fuerza y le besé con fuerza, con mucha fuerza. Él respondió a mis besos con necesidad, sentí su deseo, pero no tomaba la iniciativa como solía hacer, sentía que era yo la que tenía que consentir, sus culpas por aquellas cosas que pensaba me habían hecho mal le impedía comportarse como siempre.<br />
Fue una noche hermosa en la que el cariño que sentía por él debió de quedarle claro, yo sentía su amor, el sentimiento de no querer separarse jamás de mi. Me dormí abrazada a él, resguardada entre sus alas, aquellas magníficas y poderosas alas membranosas que habían surcado los cielos en su máximo esplendor, brillando, arrancando reflejos plateados a la luna.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-51424072961833700502012-06-09T08:45:00.002-07:002012-06-09T08:45:57.439-07:00Sueños o recuerdos<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">Los recuerdos que van quedando atrás</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">parecen irreales,</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">lejanos,</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">y pasan a parecer más un sueño</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">que un recuerdo, hasta el punto</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">que no llegas a diferenciarlos.</span></span><br />
<span style="background-color: black;"><span style="color: #eeeeee;">¿Fue todo un sueño o son recuerdos que se alejan?</span></span>Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-71918136204587131802012-06-09T08:43:00.002-07:002012-06-09T08:44:36.254-07:00Grito desgarrador<div class="Libros"><span style="background-color: black; color: #eeeeee;"> En el fondo de mi garganta siento un aullido pugnando por salir, un aullido de odio y dolor, uno de esos que destrozan la garganta y desgarran el alma. ¿Pero va a salir? No, no saldrá, se quedará dentro desgarrándome el alma, grito de dolor que jamás verá la luz del atardecer, grito de odio que arrebataría el alma al mismísimo demonio, injusticias, deslealtades y desilusiones que se transformaran en desdicha, la más profunda desgracia que ves llegar al haber desaparecido la última esperanza… ¿En verdad es la última? No, no existe aquello que llamamos última esperanza porque encontraremos otra nueva, siempre hay una más… pero la que perdemos siempre nos parecerá la última, más aun cuando esa esperanza la veías ya como algo tan real y palpable… y cuando está al alcance de tus dedos la ves desmoronarse entre ellos, la ves caer en miles de pedazos que se desparraman por todo el suelo sin dejar después rastro.</span></div><div class="Libros"><span style="background-color: black; color: #eeeeee;"> Tal vez exagere… es lo más probable, para que mentir, pero es lo que se siente en el mismo momento que se está viendo morir la esperanza…creer que todo se mueve y que sí, volverás a tener una nueva oportunidad pero se ve tan lejana y efímera… que es difícil de concebirla.</span></div>Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-49867106376181364302012-05-27T12:17:00.001-07:002012-06-09T11:13:43.153-07:00Noches oscuras.22Desperté con los nervios de punta, no había conseguido descansar nada en toda la noche. Seguía sintiendo esa sensación de tener que salir corriendo de allí, que no era bien recibida. Siivet parecía dormir plácidamente y no quería despertarle, si al menos uno de los dos podía descansar debía dejarle.<br />
Me levanté y salí de la casa para sentarme en el banco de piedra de la entrada. Aun no había oscurecido totalmente, se veían los rayos del sol ocultándose entre las montañas, ocultándose a lo lejos, en la misma dirección hacia la que quería correr en estos momentos. Pero debía esperar, debía esperarle. Sentí una fuerte punzada en mi vientre, tras unos pocos segundo pensativa me di cuenta de que mi cuerpo debía empezar a sangrar en pocos días, ya conocía bien aquellas punzadas de dolor. Sería incomodo estar sangrando durante varios días, en aquel punto seguramente echaría de menos los recursos modernos, o pasaría todo el día metida en el río, era la otra opción. Aun así iba a ser embarazoso, no por los lobos, sino por él. Aun me quedaban uno o dos días para que aquello ocurriese, llegado el momento me preocuparía por ver que hacía o me prepararía para afrontar la vergüenza.<br />
Acabó de caer la noche, la luna ascendió pálida en el cielo, una amplia expresión de tristeza. Poco a poco, al pasar los próximos días esa luna seguiría menguando desapareciendo por fin esa tristeza. ¿Porqué la luna estaba triste antes de desaparecer? ¿Y porqué sonreía para convertirse después en esa mueca de sorpresa y comenzaba a entristecer para desaparecer de nuevo? Jamás lo había pensado así, pero en verdad eso es lo que representaba la luna, eso era lo que ocurría en la vida día a día. Al principio todo parece feliz y perfecto, hasta que descubres algo y entras en desengaño, la tristeza te invade hasta que finalmente desaparece. Era curioso pero era como yo lo veía ahora. ¿Pero no podía ser todo feliz? ¿Debía haber siempre un desengaño? No, eso no podía ser así, ahora mismo yo no quería ningún desengaño en mi vida. Había descubierto muchas cosas respecto a las condiciones y pasado de la persona con la que compartía ahora mi lecho y en ningún momento se habían convertido en echos que pudieran llegar a entristecerme aunque esa hubiera sido la reacción lógica. Ahora no seguía a la lógica sino al instinto, tal vez esa era la diferencia. Si seguir al instinto en lugar de a la lógica hacía que no hubiera tristeza en mi vida, que las cosas no tuvieran que desaparecer seguiría haciendo caso a ese mismo instinto que me había llevado hasta los lobos.<br />
Volví a entrar en la casa, Siivet aun estaba despertando, parecía algo desorientado, tal vez el lugar extraño, o el no encontrarme a su lado.<br />
- ¿Donde estabas? - era la segunda.<br />
- Fuera, me desperté pronto y no quise molestarte - contesté acercándome para darle un beso - debemos volver, nos estarán esperando.<br />
Se levantó y salimos de la casa. Al volver a pisar la hojarasca del bosque parecí relajarme, volvía a estar en casa, ya no era una extraña.<br />
- ¿Qué ha cambiado? - preguntó de improviso Siivet.<br />
- Nada, ¿Qué debería de haber cambiado?<br />
- Ahora te veo más tranquila, desde que hemos comenzado a alejarnos de la casa. ¿Te trae malos recuerdos? ¿Acaso no querías volver?<br />
- No es eso. Ya te dije la aversión que sentía al estar en esa casa. No es algo que pueda explicar con echos, es un sentimiento de estar invadiendo una propiedad que no es mía.<br />
- Es raro siendo tu casa.<br />
- En realidad era de mis abuelos. Pero no se, me siento más como en casa al estar en el bosque, eso es todo.<br />
No preguntó más acerca del tema. Caminamos a buen ritmo de vuelta a la cueva, cuando llegamos todos los lobos se había despertado ya. Al vernos el lobo blanco corrió hacia nosotros y comenzó a saltar a nuestro alrededor lamiéndonos, dándonos la bienvenida. La loba negra también se acercó a nosotros pero más tranquila, se alzó sobre las patas traseras para llegar a lamernos la cara a cada uno de nosotros y después se frotó contra mis piernas. El lobo gris en cambio esperó en la entrada de la cueva, su mirada era triste e interrogativa. ¿Se sentía abandonado? Eso parecía, tal vez porque el día anterior no habíamos regresado, porque no había ido a dormir con él, porque había pasado todo el día con el que él casi veía como su competidor o algo parecido.<br />
Me acerqué hasta el lobo separándome del hombre para acariciarle y abrazarme a él. Me lamió la cara y se frotó con fuerza contra mí como intentando volver a implantar su olor, de alguna manera yo era suya, pero me compartía, dejaba que alguien de mi especie, más o menos, cuidara de mí.<br />
Cuando entramos en la cueva la manada al completo nos saludo, estaban esperándonos. La gran loba incluso tenía una expresión de preocupación que desapareció nada más vernos entrar. Se acercó para olfatearnos y tras dar su aprobación también ella se frotó contra nuestras piernas, incluso permitió que Siivet la abrazase. Yo veía cómo la gran loba sentía un aprecio especial por él, parecía casi el mismo aprecio que sentía el lobo gris por mi. Creo que tal vez incluso, si él lo desease le permitiría dormir en el centro de la cueva junto a ella. El solo pensarlo me hizo sonreír, era gracioso el pensar que yo habiendo llegado mucho antes seguía relegada a la periferia de la cueva y él nada más llegar se había ganado el puesto central. Estaba claro que era un macho fuerte y con poder, aunque según él le quedara poco esa fuerza seguía en su interior y los lobos la percibían y respetaban. Su salud había mejorado por lo que solo le quedaba cazar una presa para convertirse en líder de la manada junto a la gran loba. ¿Entonces yo quedaría completamente relegada? ¿O por el contrario me mantendría a su lado? Si únicamente fuésemos lobos claramente él se emparejaría con la gran loba para dominar el clan, yo me quedaría con el lobo gris en la periferia. Pero no era así, nosotros dos eramos de otra especie y nuestra forma de sentir y de emparejarnos no se realizaba de la misma manera que la de los lobos.<br />
Después de los saludos comenzamos con las tareas diarias, nos habían esperado para que encendiésemos el fuego para poder asar la carne. Trajeron otra gran porción del animal cazado dos noches atrás, seguramente esta noche volveríamos a salir de caza ya que con el tamaño de la manada las presas no duraban más de dos noches y había que mantener a todos los miembros del grupo con fuerzas.<br />
Mientras preparábamos el fuego y esperábamos a que la carne se cocinase hice participe a Siivet de mis divagaciones acerca de las jerarquías en la manada. Le hizo mucha gracia y eso me quedó claro por el rato que estuvo riéndose sin parar.<br />
- ¿Acaso estás celosa de la loba? - preguntó aun entre risas.<br />
- No he dicho eso en ningún momento, pero no me puedes negar que te prefiere.<br />
- Entonces la cosa es que soy un macho dominante. ¿Acaso tu no eres una hembra dominante también?<br />
- No tanto como ella, no quiero la manada para mi.<br />
- ¿Y a mi?<br />
- Tu ya eres mio. - contesté sin ningún atisbo de duda.<br />
- ¿Como estás tan segura? - su sonrisa era burlona.<br />
- Te encontré tirado en medio del monte y te recogí. El que lo encuentra se lo queda. Así que eres mio y puedo hacer contigo lo que quiera. - le dije acercándome a él y lamiéndole una mejilla. Él comenzó a reírse con ganas.<br />
- Me ha gustado tu argumento. Entonces si, soy tuyo... o acaso no me encontraría alguno de tus lobos antes.<br />
- Eso no importa, yo te recogí.<br />
- Así que lo admites, no me encontraste tú, seguro que fue tu lobo gris el primero en verme.<br />
- Es un buen rastreador, y un buen escalador para mi sorpresa. Pero fui yo la que los puso sobre la pista, la que comenzó a ir hacia ti.<br />
- No vas a ceder, soy tuyo y punto. - contestó sonriéndome.<br />
La loba negra se nos acercó y se recostó sobre mis piernas, con las patas cruzadas sobre mi y la cabeza apoyada en sus propias patas delanteras. Se quedó así tumbada mirando hacia Siivet, parecía cansada o preocupada. Había notado la preocupación de mis lobos por la desaparición de la noche anterior. Me había marchado sin ellos y no había regresado en toda la noche, seguramente habrían pensado que abandonábamos la manada aun habiendo avisado de que no volveríamos, ahora no querían dejarnos solos por miedo a que volviéramos a desaparecer.<br />
Acaricié su cabeza con cariño y ella cerró los ojos y pareció quedarse dormida, aunque supe que solo fingía en el momento que se puso en pie, ya que fue el mismo instante en el que la carne estuvo asada y Siivet comenzó a repartirla. Aun así se quedó cerca nuestro y tanto el lobo blanco como el gris se acercaron también a recibir su porción, lo que me sorprendió en parte es que se quedaron a nuestro lado para comer, cosa que nunca hacían, solían alejarse unos pasos para asegurarse de que ninguno de los hermanos les robaban su porción. Siempre había algún gruñido bajo o alguna rencilla pequeña a la hora de la comida. Hoy no, mis lobos se quedaron a nuestro lado y en ningún momento se escuchó ni un solo gruñido, estaban demasiado preocupados por una escapada, la loba negra en especial. No le dí mayor importancia en ese momento, al día siguiente se les pasaría y al tenernos el resto del tiempo junto a ellos su preocupación sería menor. Al acabar de comer salimos con los lobos fuera de la cueva, me encantaba contemplar aquella luna. Recorrimos las inmediaciones, los lobos parecían rastrear olores de algún animal pequeño, seguían pequeños senderos que no se alejaban demasiado.<br />
Caminamos sin alejarnos demasiado de la cueva hasta que resonó en la noche el potente aullido de la gran loba. Su voz, estaba claro que ella era la de mayor autoridad. Su aullido era potente y demoledor, rasgaba la oscuridad de la noche y se oía en cualquier rincón, los demás lobos no eran capaces de conseguir ese volumen o simplemente al ser de menor jerarquía ni tan siquiera lo intentaban por no ofenderla. Recordé cómo era el aullido de mi lobo cuando le conocí, cuando me llamaba desde las profundidades del bosque para que acudiese a él, era mucho más suave y quebradizo. Nunca pensé que se pudiera diferenciar a los lobos por sus aullidos, pero había aprendido a hacerlo en éste último mes, cada uno tenía su marca, su distintivo y como cualquier persona su propia voz. Eran más humanos que la propia humanidad.<br />
Regresamos a la cueva para acudir a la llamada de la loba. Nos esperaban con casi toda la manada ya reunida, aun faltaba algún rezagado que se había alejado más de la cuenta. Cuando todos estuvimos reunidos me sorprendió el que no hubiera frotes de hocicos entre los componentes de la manada como solía haber siempre que se iniciaba una cacería. Eso solo podía significar una cosa, que no íbamos de cacería.<br />
Comenzamos a andar todos juntos, pronto me dí cuenta de qué era lo que estábamos haciendo, recorríamos el perímetro del territorio. Ya lo habíamos hecho alguna vez, cuando yo había entrado en la manada, para enseñarme el terreno y otra para comprobar que nadie nos hubiera robado parte del territorio, ahora lo hacíamos por Siivet, él ya se había recuperado y había participado en su primera cacería, debía aprenderse los límites del territorio para asegurarse de que no entraba en el de otra manada.<br />
Caminamos durante toda la noche, pasamos junto a la cabaña de nuevo, procuré no mirar hacia ella y Siivet hizo lo mismo. Posé una mano en su brazo y dirigió su mirada hacia mí, apenas habíamos intercambiado unas pocas palabras en todo el recorrido, íbamos observando cada árbol del linde del territorio para memorizarlos.<br />
- ¿Te sigues sintiendo culpable? - le pregunté.<br />
- Intento perdonarme poco a poco, pero estar cerca del lugar que me recuerda qué es lo que hice no ayuda demasiado.<br />
Volvimos a alejarnos de a cabaña y seguimos paralelos al camino que llevaba al río, solo que siguiendo los senderos de los lobos en lugar del que los humanos habíamos creado.<br />
Sabía que el río y su remanso eran uno de los puntos de finalización del territorio y que desde allí nos dirigiríamos directamente hacia la cueva después de un pequeño descanso ya sin seguir los límites del territorio. Según fuimos alejándonos de la cabaña Siivet volvió a animarse y a volverse curioso por todo lo que le rodeaba.<br />
Al ver el río una sonrisa apareció en su rostro, claramente recordaba aquel lugar y si le traía los mimos recuerdos que a mi estaba claro que era un buen momento para olvidarse completamente de la cabaña. En cuanto la gran loba paró para dejar que todos nos acercásemos al agua el lobo blanco emprendió la carrera para entrar en el agua con un enorme chapoteo salpicando todo a su alrededor. Sentí ganas de imitarlo y no me privé de ello, corrí tras él para lanzarme al agua, vi a la loba negra corriendo a mi lado mirándome, cuando salté al agua la escuché proferir un pequeño gemido, un lloriqueo, no lo entendí y por ello me quedé mirándola desde el agua. Se quedó quieta unos instantes en la orilla del río para después seguirme, nadó a mi lado hasta la cascada como siempre solía hacer y metí la cabeza bajo el chorro. El lobo blanco nadaba de un lado para otro, parecía ir siguiendo algo que nadase rápido debajo de él, tal vez hubiera visto un pez o algo e intentaba darle caza.<br />
El resto de la manada casi al completo estaban junto a la orilla bebiendo agua, tumbados a descansar o revolcándose en el agua embarrada, muy pocos eran los que habían entrado a nadar más allá como nosotros. Al que no vi por ningún lado fue Siivet. Por un instante pensé en que habría vuelto a entrar en el agua para intentar nadar y que esta vez con las alas se había ahogado. Le vi asomar la cabeza muy cerca de donde nadaba el lobo blanco, éste fue hacia él en cuanto le vio asomar para echarle las patas encima. Volvió a sumergirse y en un abrir y cerrar de ojos, tras unas pocas ondulaciones de la superficie, estaba a nuestro lado. Me quedé verdaderamente sorprendida por aquella velocidad y entendí que era lo que andaba intentando pescar el lobo blanco antes. Él también nadaba hacia nosotras pero llegó un poco más tarde.<br />
- ¿Cómo lo has hecho? - le pregunté verdaderamente sorprendida.<br />
- Parece que estas alas son más útiles para bucear que para volar - contestó entre risas mientras se recogía el pelo hacia atrás para que los mechones empapados no le tapasen la cara. - Sirven de remos o algo así para impulsar el agua.<br />
Me encantaba con el pelo mojado, con el agua chorreando por su cuerpo. Apenas estaba prestando atención a sus palabras, solo a sus labios y al agua resbalando por su torso, a las gotas que perlaban su rostro y su cuerpo. Posé una mano sobre su torso y lo recorrí con suavidad antes de acercarme a darle un beso. Él puso su mano en mi espalda y me acercó hacia sí. Por un instante perdí la noción de donde estábamos, de todo. Mi mente se quedó totalmente en blanco para disfrutar de aquel beso mientras toda mi piel se erizaba. Pero solo fue un instante porque él paró el beso y se separó unos centímetros de mí.<br />
- ¿Intentas arrastrarme bajo las aguas bella sirena? - preguntó con una sonrisa malévola.<br />
- Tal vez. - ese tal vez pareció convertirse en un sí ya que el lobo blanco saltó sobre mi espalda haciéndome perder pié y empujándole por consiguiente a él para caer al agua.<br />
Salimos a la superficie al instante. El lobo blanco saltaba a nuestro alrededor salpicándolo todo. Quería jugar, nada más, era joven y siempre tenía ánimos de juego y nosotros simplemente nos habíamos olvidado de ellos, imperdonable.<br />
- Creo que me reclaman - comentó Siivet volviendo a hundirse y desapareciendo.<br />
El lobo blanco fue tras él corriendo y nadando a la velocidad que le permitían sus patas y su pelaje. Les vi detenerse un momento metros más allá.<br />
Yo volví a meter la cabeza bajo el chorro de agua sentándome en la roca que había justo bajo la caída de agua, así sentada el agua me llegaba por medio cuerpo. Que demonios me pasaba, jamás había perdido la cabeza de esta forma por nadie, pero el solo echo de tenerle cerca me hacía desearle. Más ahora con el agua cayendo por su cuerpo, su pelo empapado... no, debía apartar esos pensamientos de mi mente o no regresaríamos junto con los lobos a la cueva. La gran loba no lo permitiría y mis lobos se preocuparían más, además yo estaba agotada, apenas había descansado nada el día anterior y esta noche llevábamos todo el rato caminando. Además, tal vez él no sintiera las mismas ansias que yo y si seguía dejando que mi cuerpo actuase por mí podía regresar a la cueva con una gran decepción.<br />
La loba negra se sentó a mi lado bajo la pequeña cascada mientras miraba al agua. Cuando la miré estaba observando atentamente un pez de un tamaño considerable que nadaba bajo al superficie muy cerca nuestro. Dirigió su mirada hacia mí un instante y luego de nuevo al pez. Al instante entendí lo que me quería decir, introduje las manos en el agua muy despacio, el pez pareció espantarse un poco y me quedé inmóvil. Enseguida regreso al mismo lugar que antes. Me fui acercando muy lentamente, en el último instante, cuando ya casi estaba tocándolo hice un movimiento rápido, sentí mi mano chocando contra el dorso del pez y este salió volando hacia arriba. La loba negra lo cazó al vuelo con un pequeño salto, quedó claro que se nos daba bien pescar juntas, no entendía porqué no lo hacíamos más a menudo, pero a partir de ahora quería hacerlo. Tal vez en vez de ir a cazar conejos podríamos ir a pescar.<br />
Poco después la gran loba nos llamo para regresar a la cueva. Todos nos pusimos en movimiento, Siivet al ver el pez dejó denotar su envidia.<br />
- Para ti no hay - le dije - este es solo de la loba negra y mío. Lo hemos pescado nosotras.<br />
- Podrías compartir tu parte. - puso su sonrisa más aduladora.<br />
- No va a funcionar, podíais haber pescado alguno vosotros, pero solo habéis estado jugando, éste es nuestro.<br />
No iba a ceder, era una de las normas de la manada, cada cual conservaba sus propias presas, las había estado compartiendo con él mientras estuvo enfermo pero ya no era el caso.<br />
Al llegar a la cueva entregué el pez a la loba negra para que ella lo enterrase en su sitio habitual ya que yo lo compartía con Siivet y esta presa no era para él.<br />
Pronto nos echamos todos a dormir, cuando me dispuse a abrazarme a Siivet para dormir la loba negra lamió mi hombro y se enroscó junto a mi vientre entre los dos, así que al hombre no le quedó otro remedio que abrazarnos a las dos. Me dio un suave beso en los labios antes de dormir.<br />
- Hoy te he estado deseando mucho - me susurró al oído con una caricia en el cuello descendiendo el dorso de su mano por mi pecho para volver después al rostro - me encanta verte empapada.<br />
No quise contestar a eso, tan solo sonreí para mí misma y me abracé a él todo lo que la loba nos permitió, parecía tan pequeñita enroscada entre los dos. Me dormí con el calor de su pelaje en mi cuerpo, hacía tiempo que no me quedaba dormida abrazada a los lobos.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-69281599058326675762012-05-26T11:32:00.002-07:002012-05-26T11:32:53.709-07:00NecesitoNecesito correr, volar, sentir la libertad, gritar con toda la fuerza de mis pulmones hasta que mi garganta quede desgarrada. Solo para sentir que soy dueña de mi alma y mi corazón, solo para liberar todo el dolor, astio y cansancio.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-164893715413987112.post-83638391369728049412012-05-20T17:12:00.000-07:002012-05-20T17:12:56.578-07:00Noches oscuras.21Desperté de nuevo encapsulada dentro de las alas de Siivet. Hoy ya estaba él despierto para cuando abrí los ojos. Me miraba y acariciaba mi rostro con dulzura, eso es lo que me hizo despertar. Acercó su cara para darme un beso en la frente antes de extender sus alas para dejarme salir.<br />
- ¿Cómo te encuentras? - le pregunté incorporándome y mirando a mi alrededor, los lobos seguían durmiendo aunque alguno de ellos ya comenzaba a moverse inquieto.<br />
- Mucho mejor que al acostarme - contestó estirándose y frotando con suavidad la herida del brazo.<br />
- ¿Qué intentabas para hacerte algo así?<br />
- Buscaba mi propio estilo de caza. Si tengo alas de algo deberán de servirme. Además recuerdo que antes podía usarlas, tal vez estas al ser nuevas deba empezar a planear con más cuidado.<br />
- Igual que un polluelo aprendiendo a volar.<br />
- Si, más o menos. - contestó a mi burla con una sonrisa.<br />
Me levanté y con su ayuda comencé a encender el fuego, si lo teníamos preparado para cuando se despertasen los lobos tardaríamos menos en terminar las labores del día. Tenía planes para esta noche. Por mucho que le hubiera dicho que no importaba, que no tenía curiosidad por saber si yo era la niña de su relato sentía como la duda me reconcomía por dentro. Simple curiosidad, pero una curiosidad que puede llegar a retorcerte por dentro.<br />
Intenté volver a relajarme, no quería que él lo notase, era yo la que le había pedido paciencia, la que le había dicho que el saberlo no iba a cambiar nada, al menos por mi parte.<br />
La primera en despertarse fue la loba grande. Se acercó a nosotros y se frotó contra los dos, también lamió la herida del brazo de Siivet con mucho cuidado. Aun así una mueca de dolor afloró al rostro del demonio. La loba pareció darse por aludida y se apartó dejándonos solos mientras ella se estiraba y el resto de los lobos se empezaban a despertar, al parecer el levantarse de la gran loba había sido lo que había promovido a los demás a despertar.<br />
Trajeron una gran pieza del ciervo del día anterior en lugar de las pequeñas porciones de cada uno. Era una presa lograda con la ayuda de toda la manada, así que todos teníamos derecho a alimentarnos de ella. Tardó en prepararse más de lo que yo había pensado. Aun así cuando la retiramos de fuego el interior al lado del hueso seguía prácticamente crudo. No pareció importarle a nadie. Nosotros comimos de la parte más externa de la pieza ya que suele ser la más correosa, los lobos preferían lo que quedaba junto al hueso ya que era una carne más tierna y más jugosa, así que al menos nuestra parte estaba bien asada.<br />
- Pareces nerviosa. - comentó Siivet. Parecía que por mucho que yo hubiera tratado de ocultar mi nerviosismo no lo había llegado a conseguir. La verdad es que estaba comiendo más deprisa de lo habitual.<br />
Tan solo quería acabar cuanto antes para poder emprender la marcha. Para poder enseñarle la cabaña y descubrir de una vez si yo pertenecía a su pasado. Todo por esa maldita curiosidad mía que no conseguía espantar.<br />
- No estoy nerviosa - mentí.<br />
- Pues parece como si en cualquier momento te fueras a atragantar con la comida. ¿Qué es lo que te sucede?<br />
No podía ocultarle mis nervios, eso me estaba quedando totalmente claro.<br />
- Solo es que quiero ir a un sitio contigo hoy y quiero salir cuanto antes.<br />
- Quieres ir a tu cabaña - me dijo mirándome fijamente a los ojos, como si estuviera sondeando dentro de mi mente. Aquello me puso un poco nerviosa, aunque en el fondo me estaba gustando ese tipo de conexión, cómo escudriñaba dentro de mi alma, cómo podía ver lo que mi corazón sentía solo con mirarme.<br />
- ¿Cómo lo has sabido? - tan solo lo pregunté por inercia. Había sentido el sondaje en mi.<br />
- Tus nervios son los mismo que yo siento y llevo estos días esperando a que por fin decidieras que fuéramos a comprobar el lugar.<br />
Posó su mano sobre mi pecho, justo sobre el corazón y sentí un calambre que me dio una punzada en él. Sentí una especia de suave energía recorriéndome. Acaso eso eran vestigios de sus poderes o simplemente eran alucinaciones mías. Nunca llegaré a saberlo con certeza.<br />
- Acabemos de comer para poder ir. Está lejos y quiero estar de vuelta antes del amanecer.<br />
No tardamos mucho en acabar las porciones de comida que nos quedaban, ambos queríamos partir cuanto antes y nuestro nerviosismo crecía por momentos aunque ninguno de los dos lo quisiéramos admitir.<br />
Al salir de la cueva los lobos no nos siguieron, ni tan siquiera mis tres lobos. Parecían saber que esto era algo que necesitábamos hacer los dos solos, los tres lobos se despidieron de nosotros y vi la mirada ansiosa de mi lobo gris mientras nos veía alejándonos de la entrada de la cueva pero en ningún momento trato de seguirnos. Entendí en su mirada que temía que esta pequeña excursión terminase por hacerme daño. En verdad la realidad podía llegar a ser dolorosa si nuestras historias se habían entrecruzado en el pasado pero yo me había decidido a que pasara lo que pasase nada me dañaría. No podría hacerme daño la realidad. Podía haber sido el causante de la muerte de mi padre, el hombre que caminaba a mi lado, éste con el que tenía esta extraña conexión. Si había sido él mi padre no era un buen hombre y se lo merecía... pero aun así...<br />
No podía seguir pensando en ello o al final acabaría doliendo. Intente apartar los pensamientos de mi mente.<br />
Según caminábamos le fui contando cómo me había encontrado el lobo la primera vez. Las veces que había huido, cómo la sociedad implantada en mi cabeza me había hecho temer a esos hermosos seres, lo dolorosos que habían sido aquellos días de duda y cómo finalmente me fui con ellos.<br />
De esta forma trate de calmar mis nervios y los suyos, con los míos más o menos funciono pero él parecía estar al borde de un ataque cardíaco. Como ya había planeado la caminata fue larga ya que no quise ir corriendo como había hecho la vez anterior.<br />
El brillo de aquella luna que cada vez adelgazaba más nos iluminaba ténuemente el camino, dando al bosque ese aspecto mágico que cada vez me gustaba más. La luz arrancaba destellos plateados de sus alas, parecían reflejar la luz de la luna al igual que un espejo.<br />
Cuando la casa apareció ante nuestros ojos no pude seguir hablando. Vi como se ponía más tenso, más nervioso si cabía la posibilidad. Caminamos hasta la casa y abrí la puerta, entramos en silencio. Al igual que las últimas veces sentía que aquel no era mi hogar, que no debía estar dentro durante demasiado tiempo, pero tenía que enseñarle el lugar. Los bosques me resultaban más cómodos, más mi hogar.<br />
Siivet caminaba tras de mi muy despacio, observando todo. Mi curiosidad crecía por momentos, ¿Estaría reconociendo el lugar? ¿Lo habría visto ya? Quería saber pero no me convencía el preguntarle, temía su reacción. Si no era yo la persona de su pasado todo seguiría igual, como si nada. Pero si era yo... tenía miedo a que su comportamiento ante mi cambiara, a que comenzara a verme como la niña que él había conocido. O que su remordimiento ante lo que había hecho a mi padre le cambiara y le hiciera abandonar la manada, abandonarme a mi. Por eso no hablé, solo esperé.<br />
Le dejé recorrer la casa, siguiéndole de cerca, intentando leer en sus facciones lo que pasaba por su mente. Nada, no podía ver nada en sus ojos. Era como si hubiera salido de aquel cuerpo y tan solo una coraza recorriese las estancias. Se detuvo en el corto pasillo que separaba la cocina del salón, como si hubiera chocado contra una pared invisible. Se quedó allí plantado mirando al infinito, así que finalmente le rodeé para ponerme enfrente suya, le miré a la cara, parecía no estar viéndome.<br />
Pareció percatarse de mi presencia unos instantes después. Me miró a los ojos con mayor intensidad de la que solía hacerlo, como si intentara traspasarme, pero parecía triste. ¿Estaba triste por no ser yo la niña de sus recuerdos o precisamente por lo contrario? Sin darme tiempo apenas ni a coger aire sujeto mi nuca con una mano y me beso con fuerza, casi me hizo daño cuando nuestros labios se juntaron. Sujetó mi cintura con la otra mano y pegó nuestros cuerpos con fuerza.<br />
Respondí a sus besos, sentía su necesidad, su ansia... y su tristeza. Era tan triste el sentimiento que me estaban dejando sus besos y sus caricias pero al mismo tiempo hacían que todo mi cuerpo vibrase. El sentimiento que había en el era tan intenso que lo impregnaba todo a nuestro alrededor, sentía su intenso dolor en mi piel con cada una de sus caricias. ¿Entonces porqué hacía aquello? ¿Tal vez su forma de desahogar el dolor era esta? No era justo, ni para él ni para mi. Pero esa necesidad hacía que no pudiera rechazarle, me habría gustado que mostrara sus verdaderos sentimientos, que hablase conmigo. Pero él necesitaba esto, para calmar su pena, su tristeza, para ahogar el dolor él necesitaba tenerme.<br />
Me aferré a su cuerpo con fuerza y le besé intentando competir con su necesidad. Pronto acepté el sentimiento de tristeza como mio y dejo de causarme dolor para hacer que todo mi cuerpo se acalorase, para empezar a compartir esa necesidad, ese deseo de volver a sentirle mío. Poco a poco le arrastré hasta el salón, hasta el sofá. Le obligué a sentarse para montarme a horcajadas sobre él y seguir besándole, aunque pronto giró para tumbarme en el sofá y ponerse sobre mí. Una de sus manos sujetaba mi pierna con fuerza, casi clavando sus dedos en mi muslo, su mano ascendió para acariciarme y todo mi cuerpo se estremeció. Era como la otra vez, todas sus caricias me dejaban sin aliento, sin apenas poder reaccionar. Su pantalón volvía a resultárme la cosa más molesta y odiosa que podría elegir un ser humano para llevar consigo. Necesitaba sentirle dentro de mi, necesitaba que volviéramos a ser uno, que la pena que nos rodeaba se disipara en el más puro placer. No tardé en deshacerme de la odiosa prenda de ropa pero aun así él no se acercaba, seguía recorriendo mi cuerpo con sus manos y yo el suyo con las mías, seguía besándome con fuerza y ansiedad pero una pequeña duda le recorría, podía sentirlo.<br />
Se apartó unos instantes, lo justo para que yo pudiera ver como su ceño se fruncía, después volvió a besarme con intensidad y antes de que me diese cuenta eramos uno de nuevo. Vi como sus alas se extendía para después rodearnos, tenía el rostro enterrado en mi cuello y me besaba con fuerza, incluso sentí sus dientes clavándose en mi hombro. Estaba siendo más brusco y violento que la vez anterior pero sin llegar a hacerme daño en ningún momento, al contrario, aquello me excitaba aun más, lo disfrutaba.<br />
No se cuanto tiempo estuvimos así, mi noción del tiempo desapareció por completo, tan solo existía él. Cuando terminó enterró su rostro en mi cuello y me abrazó con mucha fuerza, sujetando mis hombros, le sentía temblar y jadeaba por el cansancio. Pensé que lloraba pero no era así, cuando hablo su voz era clara y cargada del sufrimiento que había invadido todo a nuestro alrededor.<br />
- Ódiame. - fue lo único que pude escuchar mientras apretaba con mayor fuerza mis hombros. Le había costado un trabajo indecible el pronunciar esa simple palabra.<br />
- ¿Por qué debería odiarte?<br />
- Porque fui yo. Fui yo quien mato a tu padre y quien te puso en el punto de mira del resto de los míos. Fui la causa de que tu sufrimiento comenzara. No soy capaz de darte la felicidad que merecerías después de lo que hice. Incluso ahora, no he podido ser amable contigo, tan solo te he utilizado para intentar alejar el dolor y la culpa por lo que hice...<br />
- Te perdono - susurré a su oído - Tan solo tienes que perdonarte a ti mismo, además no me has utilizado, a sido algo que ambos hemos deseado.<br />
- ¿Porqué me perdonas? ¿Porqué no me gritas? ¿Porqué no me pides que deje la manada? Que me vaya lejos donde no puedas volver a verme.<br />
- Porque solo puedo amarte y jamás odiarte, porque quiero tenerte cerca, eres parte de mi manada, de mi familia. No te alejes, nunca. La persona a la que dañaste quedó en el pasado y aprendió a sobrevivir, abandoné la vida en la que era parte de la sociedad para pasar a ser parte de la manada y a esta persona no las has dañado y se que nunca lo harás. - acaricié su pelo con suavidad.<br />
Apartó su cara de mi cuello para mirarme, sus ojos estaban vidriosos y se notaba cómo se contenía para no desmoronarse. Acaricié su rostro con el dorso de mi mano y le miré con seriedad, quería que viese la verdad de mis palabras.<br />
- ¿Por qué aunque me perdones siento este dolor?<br />
- Porque no te estás perdonando a ti mismo, debes encontrar lo bueno que tienes dentro.<br />
- No tengo nada de eso.<br />
- ¿Entonces porque yo si veo bondad? Hasta el momento nunca me has dañado. Desde que llegaste a mi mundo siento que está completo, que eras tu lo que me faltaba para que todo fuera perfecto. - volvió a abrazarme, su cuerpo temblaba de nuevo. Me abracé a su espalda y pase un rato acariciándola, en algún momento creí escuchar algún sollozo pero jamás podré saberlo con certeza, solo se que acabo por quedarse dormido sobre mi pecho.<br />
Intenté despertárle diciéndole que debíamos regresar con la manada pero estaba agotado tanto física como mentalmente. Sentía que esa casa me repudiaba a cada momento, que debíamos regresar con los nuestros pero para él iba a ser imposible volver, estaba agotado. Conseguí despertárle lo suficiente como para hacer que fuera hasta el dormitorio y se acostase en la cama. Cuando vio que salía del cuarto me llamó.<br />
- Elämä, quédate conmigo.<br />
- Ahora mismo vuelvo, tengo un mensaje que entregar. - vi su cara de preocupación, el miedo a que desapareciera dejándole solo.<br />
Salí a la calle y miré a los bosques, me llamaban y yo deseaba recorrerlos para regresar con mis hermanos, pero ahora mismo debía permanecer junto a Siivet, el también era parte de mi familia y en estos instantes necesitaba mi ayuda, necesitaba mi presencia y no estaba capacitado para regresar con los demás. Empecé a pensar en que posiblemente no se habría recuperado por completo de todas sus heridas por mucho que afirmase lo contrario.<br />
Hice altavoz con mis manos, alcé la cabeza al cielo y aullé con todas mis fuerzas, intentando transmitir el mensaje de que aquella noche no regresaríamos a la cueva a dormir. No sabía si mi aullido les llegaría, mi voz no era tan potente como la de los lobos, pero era la única manera que tenía de avisarles antes de que comenzaran a preocuparse.<br />
Recibí como respuesta un aullido de la gran loba, nos daba permiso para permanecer fuera aquel día pero debíamos regresar con la caída de la próxima noche.<br />
Entre de nuevo en la casa. Siivet estaba sentado en la cama, esperándome, con el miedo a no verme regresar reflejado en el rostro.<br />
- Te escuché aullar - comentó.<br />
- Estaba mandando un mensaje a los lobos.<br />
- Lo escuché, y también la respuesta. - se quedó mirando, suplicando con sus ojos que me tumbase junto a él pero sin atreverse a pronunciar las palabras.<br />
Me subí a la cama y gateé hasta él, pase una pierna entre las suyas y acaricié su tórax y su abdomen recostándome después un poco sobre él para besarle. Se acurrucó hasta quedar tumbado y me sujetó por la cintura para atraerme hacia él. Sentí como algo se endurecía contra mi pierna.<br />
- Creí que estabas lo suficientemente cansado como para no poder volver hasta la cueva. - le reproche en tono burlón.<br />
- Y estoy lo suficientemente cansado como para no poder ponerme en pie, pero no para tumbarme y que te sientes sobre mi - contestó con una sonrisa malévola. Eso me gustó, al menos ahora no estaba afligido. - Además necesito saber que en verdad me has perdonado para poder perdonarme a mi mismo.<br />
Pasé mi pierna sobre él y me acerqué para besarle de nuevo, esta vez con más fuerza, quería demostrarle hasta que punto le perdonaba.<br />
Aquella vez le dejé descansar, al menos no le hice moverse demasiado, me encargué de que disfrutara, de que sintiera que todo era como antes, que nada había cambiado. Cuando sentí que él estaba totalmente satisfecho me dejé caer sobre su pecho extenuada. Me recosté a su lado y besé su mejilla abrazándole con fuerza, ambos jadeantes.<br />
- ¿Puedes ahora comenzar a perdonarte? - pregunté en su oído viendo como sus párpados pugnaban por mantenerse abiertos unos segundos más.<br />
- Si, creo que podré empezar a perdonarme. - contestó besándome en la frente mientras se rendía al sueño.<br />
Me abracé a él con cariño y dejé que el cansancio hiciera su trabajo para arrojarme a los brazos de Morféo.Orishttp://www.blogger.com/profile/16896612393968550387noreply@blogger.com0