Un Hermoso Lugar

Un Hermoso Lugar

lunes, 23 de julio de 2012

Silencio

Por fin desde hace mucho tiempo, ya no recuerdo cuanto, conseguí que el silencio reinara en mi mente.
Entre en las frías aguas del mar del norte, nade hasta donde mis pies no llegaran a tocar el fondo, me tumbé sobre las aguas con la cabeza medio sumergida, lo justo para poder seguir respirando y contemplé el cielo. Azul, inmenso, como el mismísimo mar, pequeñas nubes rasgadas sembraban el cielo.
Cerré mis ojos y me deje mecer por el suave balanceo de las olas... mi mente estaba en blanco, totalmente en blanco, ningún tormento ni preocupación, ningún pensamiento, tan solo paz y silencio, el murmullo de los bañistas a lo lejos, muy a lo lejos, todo amortiguado por el murmullo del mar. Así con los ojos cerrados, flotando, sentía como las olas me mecían y dirigían mi rumbo con suavidad, sentía como si con el balanceó de las olas poco a poco mi cabeza se hundiera quedando colgada por los pies, como poco a poco mi centro de grabedad cambiaba para quedar suspendida boca a bajo. Pero tan solo era una sensación, yo seguía meciendome con el vaiven suave de las olas. Paz, la paz más absoluta me rodeaba, no quería regresar a la realidad, aquel sentimiento era perfecto.
Pero aun sin desearlo siempre hay que regresar. Al volver a una posición vertical descubrí como el mar había intentando llevarme a su reino de serenidad, estaba mucho más lejos de la costa que al cerrar mis ojos. Nada por lo que preocuparse, tan solo nadar con tranquilidad, acompañada por el rumbo de las olas para poder volver a la arena y con ello volver al mundo real, a mi cabeza llena de preocupaciones, pero más tranquila, ahora sabiendo que todavía existen algunos lugares en los que puedo hallar la paz.

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